Ni nos miraron
Luz de luna termina hoy su emisión en Televisión Española. La serie se despide en su momento de máxima popularidad, el mejor instante para marcharse. Bruce Willis y Cibyl Shepherd se han convertido en poco tiempo en personajes tan populares como lo puedan ser en Estados Unidos.Pese a nuestra entrega semanal jueves a jueves, David y Maddie nos abandonan. Ahora, que ellos empezaban a entenderse, nos dejan. En cierta medida, el comienzo de su relación sentimental -o mejor dicho, la consumación- no deja de ser una deslealtad con respecto a quienes hemos seguido con asiduidad las demenciales actividades laborales de la agencia Blue Moon -que en la versión española pasó a llamarse también Luz de Luna- En ocasiones, David tenía la buena costumbre de volver la cabeza hacia el espectador para insinuarle alguna confidencia. En otros casos, incluso era la propia Maddie la que le recordaba que se acercaba el final y que no había dado aún las buenas noches a los espectadores.
El pasado jueves, ambos, David y Maddie, se miraron fijamente. Maddie abofeteé, en dos ocasiones a David. Lo intentó una tercera vez, pero esta vez él detuvo su brazo. Empezaron a sonar los tambores iniciales del Be my baby de las Ronnettes, rememorando los cañones que acompañaban el histórico romance de Bogart y Bergman en Casablanca. A partir de ahí, la explosión. La escena de amor, por esperada, resultó estremecedora. Mientras se abrazaban, arrastraban mesas, sillas, floreros... Y se olvidaron de nosotros. Hasta ahora nos habían dejado compartir con ellos casi todo, pero aquel día ni nos miraron. La verdad es que estaban muy ocupados.
Calidad y popularidad
El triunfo de Luz de luna en España ha supuesto un importante traspié para aquellos que defienden que es imposible combinar en televisión la calidad con la popularidad. Moonlighting es una magnífica historia fílmica y, sin embargo, es perfectamente aceptada por la audiencia. En España, la falta de competencia televisiva impide analizar en la práctica los auténticos gustos de los espectadores. Resulta difícil entender que un mismo colectivo acepte con indiscriminado agrado a Javier Gurruchaga, Joaquín Prat, Bruce Willis y Norma Duval.Al menos, casos como el de Luz de luna quizá ayuden para convencer a los programadores televisivos que no sólo la vía zafia es la comercial, que sólo lo vulgar obtiene el respaldo popular. Si lo que interesan son cifras de espectadores, ahí están. Si lo que se desea es la extendida popularidad, nadie puede negar su obtención.
Es de esperar que Televisión Española tenga el buen criterio de recuperar en un futuro inmediato nuevos episodios de la serie, que casi desde su inicio en Estados Unidos se ha mantenido entre las 10 de mayor éxito en aquel país, prueba igualmente de que la audiencia norteamericana tampoco es tan indiferente como algunos piensan.
Luz de luna emite su último episodio esta noche a las 21.15, por TVE-1.
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