El fiscal pidió la absolución para los agentes que mataron a un 'grapo' en 1982
El fiscal del Tribunal Supremo José María Luzón pidió la absolución para los policías que mataron al miembro histórico de los GRAPO Juan Martín Luna, en la vista de los recursos contra la sentencia de la Audiencia de Barcelona que los condenó a seis meses de prisión, y que se celebró ayer en el alto tribunal.David León Romeo, Valentín Martín Cabello y Ángel Luis Nadal Adame, inspectores de policía dependientes del Mando Único de la Lucha Contraterrorista (MULC), fueron condenados a seis meses cada uno como autores de un delito de homicidio con la eximente incompleta de cumplimiento del deber.
Los hechos ocurrieron el 5 de diciembre de 1982, en la confluencia de las calles de Cartagena y de Valencia, de Barcelona, en una operación del MULC en la que participaron nueve inspectores. Los policías dieron el alto a Martín Luna, que dio un paso atrás, lo que fue interpretado como resistencia a dejarse detener. El grapo llevaba una pistola, aunque no la utilizó.
El fiscal puso de manifiesto la peligrosidad de Martín Luna que había sido condenado por asesinato por la Audiencia Nacional, y añadió que los policías debían ser absueltos por aplicación de la eximente completa de cumplimiento de su deber.
El fiscal se refirió a la peligrosidad del momento para salvar lo que la Audiencia de Barcelona calificó como una extralimitación en el uso de las armas por parte de los policías.
El acusador particular, Ignacio Doñate, en representación de la familia del grapo fallecido, pidió la condena por homicidio sin eximentes, ya que en una operación de seguridad era previsible que todo estuviera controlado. Doñate dijo también que hasta pasadas varias horas no avisaron al juez, y que se ha obstruido la labor de la justicia al ocultar nombres de otros policías que participaron en la acción.
La defensa de los policías, que pidió también la absolución por aplicación de las eximentes de cumplimiento del deber y de legítima defensa, argumentó que no hubo desproporción al disparar sobre el jefe máximo de una peligrosa organización terrorista.
