La policía sospecha que el practicante muerto el sábado fue asesinado por un drogadicto
La policía sospecha que el practicante José Piñeiro Piñeiro, de 77 años, natural de la localidad pontevedresa de Salvatierra de Miño y que fue encontrado muerto la noche del pasado sábado en su vivienda dispensario, fue asesinado por un drogadicto que acudió en busca de droga a su consulta, cercana al Rastro. Piñeiro, que era muy conocido en el barrio, había asistido dos horas antes a una primera comunión y abandonó la celebración para no dejar desasistidos a sus pacientes.
Una vecina de la primera planta de la finca número 1 de la calle del Duque de Alba escuchó gritos procedentes del piso de enfrente y acudió a ver qué ocurría.Le abrió la puerta del consultorio el propio homicida, que dio un empujón a la mujer y huyó a la carrera. La policía encontró muerto a Piñeiro como consecuencia de una sola cuchillada en el pecho que le atravesó el pulmón derecho, según comprobé ayer el doctor Alfonso Cabeza, médico forense que realizó la autopsia.
Poco después del crimen fue detenido en la Casa de Socorro de Centro un joven herido en un brazo. Éste había tomado el metro en una estación próxima al lugar del suceso, según manifestó la taquillera, a quien le llamaron la atención las manchas de sangre que tenía en las ropas.
El joven fue trasladado al Grupo de Homicidios de la Brigada Judicial, donde la vecina del practicante José Piñeiro aseguró que no era el individuo que ella vio salir huyendo del dispensario.
El practicante era padre de una hija, Cristina, cuyo esposo, Pedro Monzón García, manifestó ayer que su suegro "era un hombre muy trabajador y no paraba de atender su consulta y a los enfermos de Sanitas". Monzón explicó que su suegra había sido víctima de un tirón hace unos seis meses y sufrió la fractura de un brazo.
La policía sospecha que el homicida del practicante es un toxicómano que acudió a la consulta en busca de droga, aunque huyó sin robar nada.
