Los corredores italianos bloquearon ayer la ascensión a un puerto en el Giro
Hampsten y Breukink mantienen en tablas su duelo por llevarse el Giro, mientras los italianos tratan de quitarse montaña y frío de encima a base de protestas colectivas. Ayer bloquearon el ascenso al duro puerto de Rombo y casi neutralizaron la etapa. Finalmente, la jornada quedó expuesta a una feroz persecución entre dos grupos. El español Delgado anduvo en cabeza, y la etapa la ganó el italiano Vona.
Este Giro quizás esté resultando excesivamente duro para los corredores italianos y el fantasma del infierno del Gavia se pasea por el pelotón cada vez que aparece por el horizonte una cumbre rodeada de nieve. Ese fue el caso de ayer, durante la ascención al Rombo, un puerto que significaba poco menos que 25 kilómetros de ascensión, con algún tramo de gran dureza. Al iniciarse la subida, mientras el pelotón era un grupo de corredores italianos empezaron a proferir insultos y una desordenada retahíla de indicaciones y contraindicaciones se apoderó del gran paquete. Unos decían que todos los corredores debían resguardarse en los coches, otros que la carrera estaba neutralizada; también quienes, con más sinceridad, reclamaban una protesta común de toda la carrera y una especie de huelga de brazos caídos.Ante esta situación, ningún corredor se atrevió a lanzar un ataque y la ascensión se hizo en grupo. Ya en la cima, ante la presencia de una intensa nevada y bancos de niebla, los italianos arreciaron en sus protestas. Muchos corredores pararon para guarecerse o para abrigarse, pero la carrera seguía en pie. Un poco más abajo, el equipo Panasonic, el del aspirante Breukink, lanzó un furibundo ataque en el descenso para terminar con la amenaza de huelga. El pelotón se partió y la carrera también. Y entonces comenzó una veloz persecución entre dos grupos con apellidos importantes.
Adelante quedaron los dos aspirantes, más Delgado. Pero entre Hampsten y Breukink había un matiz: el norteamericano era poco menos que un convidado de piedra dada la presencia de hasta seis miembros del Panasonic en ese grupo. Detrás estaban los mejores italianos de este Giro (Giupponi y Chioccioli), más el suizo Zimmermann y el francés Bernard. La diferencia llegó a superar los dos minutos, pero la posibilidad de acuerdo entre los perseguidores era mayor que entre quienes iban en cabeza, porque a Hampsten le bastaba con aguantar y Breukink no podía sacar más partido de sus hombres.
En un puerto a 40 kilómetros de la meta, el grupo de cabeza perdió elementos, en una ascensión que dirigió Delgado sin un objetivo especial. Detrás, Zimmermann, los italianos y Bernard, lograron reducir distancias, hasta llegar a la meta a sólo 12 segundos. Hoy la etapa será 411 Giupponi, a 4.4 1; !P Chioccioli, a 6.27; & Bernard, a 8.37; 7' Giovanetti, a 11.01; 8' Winnen, a 11.43; T Delgado, a 12.37.
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