Fernández Ordóñez asegura en la ONU que España no poseerá armas químicas

FRANCISCO G. BASTERRA ENVIADO ESPECIALEl ministro español de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, pidió ayer en las Naciones Unidas la "urgente conclusión" de un convenio para la erradicación de las armas químicas. "Mi país no las posee, ni tiene intención de poseerlas" agregó el jefe de la diplomacia española, para quien ese acuerdo debe estar inspirado en "la transparencia, la verificación y la seguridad no disminuida".

Fernández Ordóñez habló ante la Asamblea General de la ONU, que celebra estos días el tercer período extraordinario de sesiones dedicado al desarme y defendió la total eliminación de las armas nucleares "cuando las circunstancias lo permitan". En este sentido, saludó "sin reservas" los progresos hacia el desarme realizados por Ronald Reagan y Mijail Gorbachov en la reciente cumbre de Moscú.En un discurso, que no tuvo un eje claro, el ministro afirmó que la dinámica generada por la mejoría de las relaciones entre Estados Unidos y la URSS "permite hacer pensar que algo importante está cambiando".

El jefe de la diplomacia española destacó lo preocupante de la saturación de armamento convencional en Europa, "que no sólo hace más frágil la paz sino que hace especialmente difícil el camino hacia el desarrollo", al mantener cautivos cuantiosos recursos. Reiteró la posición española de una corrección a la baja de las as¡metrías de las fuerzas convencionales en el Viejo Continente.

Fernández Ordóñez pidió la prohibición total de los ensayos nucleares, y dijo que España, recientemente incorporada al Tratado de No Proliferación Nuclear, "desea contribuir a reforzar políticamente el régimen de no proliferación". El ministro destacó como novedad, en un discurso que no contenía ninguna, la preocupación española por la proliferación de tecnología relativa a misiles en manos de países del Tercer Mundo, como se está haciendo notar, por ejemplo, en la guerra Irán-Irak.

Declaró que España está considerando adoptar unas directrices sobre transferencia de elementos sensibles en materia de misiles, idénticas a las adoptadas en 1987 por Canadá, EE UU, Francia, Reino Unido, Italia, Japón y la RFA, para contribuir a los esfuerzos por la no proliferación de cohetes con capacidad nuclear.El ministro declaró que en el mundo de hoy "es necesario sustituir la búsqueda de la seguridad. a través de la competición por la búsqueda de la seguridad a través e la cooperación, no sólo con el aliado, sino también con el potencial adversario".El jefe de la diplomacia española unió su voz a la larga serie de monólogos que ocuparán, a nivel incluso de primeros ministros y jefes de Estado, durante tres semanas, la tribuna de la ONU en defensa del desarme. Ayer, por ejemplo, se dirigió a la asamblea especial el dictador paraguayo, Alfredo Stroessner. Pero el problema de estas intervenciones es que el mundo sólo está escuchando estos días a Gorbachov y a Reagan, convertidos en campeones de un desarme que desearían total. Ordóñez defendió, sin embargo, la búsqueda concertada, multilateral, de la seguridad utilizando al máximo el foro de las Naciones Unidas.

"Sabemos que es posible", agregó, "detener e invertir la carrera de armamentos y mantener a la vez el equilibrio político, estratégico y militar, condición indispensable para lograr un nivel eficaz de seguridad".

El ministro confirmó en Nueva York que no habrá firma del acuerdo de las bases aprovechando la visita de George Shultz esta semana a Madrid, pero que espera desbloquear con el secretario de estado norteamericano alguno de los seis o siete temas aún pendientes.

Antes de regresar a Madrid, adonde llegará esta mañana, Fernández Ordóñez se entrevistó con el secretario general de la ONU, Javier Pérez de Cuéllar, con quien trató de la situación en el Sáhara y de la posible ayuda técnica española a un eventual referéndum en la antigua colonia, y de Centroamérica y de la participación de España en la verificación de la paz aún no sellada.