Tampoco hay motivos para vender
La indecisión de los inversores continúa cosechando recortes en los mercados de valores, aunque la falta de alicientes para que salga papel sigue siendo un factor a tener en cuenta en la actual coyuntura. La ausencia de plusvalías es el único argumento válido que puede esgrimirse como sucedáneo de una resistencia a la baja que, sin embargo, es el resultado palpable de estas últimas sesiones. El nivel del negocio se mantiene en torno a los 7.000 millones de pesetas efectivas, lo que quiere decir que los corros apenas registran operaciones y que siguen siendo las aplicaciones las que hacen crecer el volumen contratado cada día.La jornada se inició con unos valores eléctricos que apenas podían resistir la presencia de partidas vendedoras en sus corros, aunque las posiciones están tomadas en niveles muy próximos a los actuales y la salida de papel no tiene objeto, a no ser la huida ante un futuro incierto.
Entre los grupos industriales se dió una presencia más firme de las ventas, aunque tampoco aquí hay motivos preocupantes que empujen a deshacerse de los títulos. El juego de la inversión a corto se está centrando en estos valores -los únicos capaces de subir o bajar en un día algo más de 10 enteros-, pues la generación de plusvalías encuentra más facilidades en este terreno. El dinero entra y sale de estos valores intentando coincidir con los altibajos de cada sesión, ya que tampoco hay una tendencia definida para los sectores industriales.
Algunos valores bancarios y Telefónica animaron la sesión ante la proximidad de sus juntas de accionistas, con lo que se frenó una posible baja que habría animado a los inversores a acelerar la salida. Salvo estas actuaciones puntuales, el mercado es incapaz de ofrecer aliciente alguno, aunque las posiciones al cierre se habían animado ligeramente.
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