El Barcelona renovó su título con facilidad
El Barcelona se proclamó campeón de la Liga por segundo año consecutivo logrando algo que no se había producido en el baloncesto español: la ausencia del Real Madrid durante dos temporadas seguidas del palmarés de los títulos. El quinto partido confirmó que el factor campo ha sido decisivo y, además, demostró que el cansancio físico y psíquico afectó más al Madrid que al Barça. Habrá otras consideraciones como que la lesión de Fernando Martín (m. 15) o las faltas de Branson pudieron ser decisivas, pero el Barcelona de la segunda parte estaba en condiciones de arrasar a cualquiera.
Los jugadores se mostraron más nerviosos que en los encuentros anteriores al ser conscientes de que no había lugar para la rectificación. Era un nerviosismo trasladado a las gradas y que desembocó en los lamentables incidentes finales. La primera canasta del Madrid fue replicada rápidamente por el Barcelona, que era en esta ocasión el que ponía la velocildad. Branson empezaba su penosa actuación con tres faltas en cuatro minutos. El Barça se disparaba hacia el título con un 21-8 a los seis.
La dificultad de los madridistas para anotar era manifiesta. Llorente tenía que lanzar con asiduidad, lo que no había sucedido en los partidos anteriores, en los que su aportación anotadora fue escasa. El oficio de Corbalán y la sobriedad de las acciones de Antonio Martín y Cargol igualaron el marcador poco a poco y se llegó al descanso con un 47-45. Los remiendos de Sainz equilibraron la situación, pero ya se había producido el hecho crucial de este play-off. la lesión de Fernando Martín en un salto por un rebote en el minuto 15.
El Barcelona empezó la segunda mitad como la primera, arrasando. El festival de sus jugadores altos era una exhibición. Trumbo, Norris, McDowell y Jiménez realizaban su actuación más completa en la presente campaña. Esto coincidía con la endeblez de las torres del rival. Branson no sumaba su primera canasta hasta los cinco minutos finales, Fernando Martín no volvía a pisar el parqué y Cargol y Antonio Martín eran poco para el cuadro de García Reneses. La colaboración de Alexis bajo los tableros tampoco era trascendental y, como sus puntos eran esporádicos, acabó viendo la culminación desde el banquillo.
Epi, jugando con la rabia del campeón, anotaba las canastas más arriesgadas mientras que su pareja habitual, Biriukov, se mostraba demasiado cansado como para resolver por sí solo lo que sus compañeros eran incapaces de enderezar. Durante casi toda la segunda parte -15 minutos- únicamente él anotó canastas en juego para el Madrid, salvo una de Antonio Martín. García Reneses había dispuesto en este período que Costa persiguiera, de la forma agobiante que sólo él emplea, a Biritikov y eso acabó de desestabilizar a los madridistas.
Los dos conjuntos han protagonizado una final en cinco capítulos que será recordada y sería injusto olvidar el trabajo del Madrid al equilibrar la eliminatoria, pero el baloncesto del Barcelona en el último duelo fue galáctico.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.