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Continúan los nubarrones pesimistas sobre Wall Street

EL PAÍS, El ambiente de pesimismo reinante la semana pasada en los mercados de Nueva York, continuó ayer con un descenso de la bolsa de 11,11 puntos, quedando por tanto el Dow Jones en 1.941,48.

La rentabilidad de los bonos a 30 años, que el viernes terminó a 9,35, se mantuvo estable y no registró nuevos incrementos gracias al descenso en las cotizaciones de los granos en los mercados de futuros. No hay que olvidar, como señala Shearson Lehman, que uno de los puntos en los que se basa el negativismo que impera. en estos momentos, es el hecho de que el índice del Conimodity Research Bureau, al superar los niveles de enero, podría suponer un relanzamiento de la inflación.

Sin embargo, a partir de la media sesión la estabilidad de los bonos antes mencionados se tomó en nuevas bajas, pues lo que los inversores desean ver son signos de ralentización económica, cosa que esta semana probablemente no se producirá.

Entre los datos económicos a publicar destaca el martes los pedidos de bienes de equipo, respecto a los cuales se espera un alza del 1 %. El jueves, la revisión del Producto Nacional Bruto relativo al primer trimestre que podría ser modificado del 2,3%, originalmente enunciado, al 3,6%, y finalmente, el viernes, el consumo personal, del cual se espera un incremento del 10,2%.

En otros niveles se especula con que el Federal Open Market Committee (órgano de decisión de la Reserva Federal), durante la reunión mantenida la semana pasada, se haya decidido por endurecer algo más la política monetaria, con lo que el alza de la tasa de descuento puede ser un hecho a corto plazo.

En este contexto, algunos analistas estiman factible que las rentabilidades se eleven hasta el 9 3/4% antes de volver a caer. Consecuentemente, los mercados financieros y la bolsa, especialmente, permanecerán a la defensiva.

Respecto al dólar, lo único destacable es su estabilidad, acentuada ayer por las festividades en las principales plazas europeas. Las buenas perspectivas para el déficit comercial, junto con unas mayores rentabilidades, parecen estar sujetando su cotización.

Por otra parte, los bancos centrales están aprovechando la situación para deshacerse de la gran cantidad de dólares provenientes de las últimas intervenciones en los mercados de cambio, lo cual limita cualquier alza de la divisa norteamericana.

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