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La nueva política económica china provoca conflictos entre políticos y ejecutivos

El Partido Comunista Chino (PCCh) va a tener que solucionar el problema surgido del enfrentamiento de sus cuadros con las nuevas estructuras empresariales surgidas al amparo de la política de reforma y apertura. En una fábrica de accesorios para motores de combustión interna de la provincia de Henan, el secretario del partido y el director de la empresa libran desde hace 10 meses una batalla a golpe de exclusiones, anatemas y despidos que el Diario del Pueblo (principal órgano oficial del PCCh), en su primera página de ayer, no duda en calificar como "guerra civil".Los hechos comenzaron el pasado agosto, cuando Li Zhenyan, director de la fábrica de Henan, decidió implantar el sistema de contratos de responsabilidad en la planta de 944 operarios que dirige desde 1985. Este tipo de gestión asegura la separación de poderes en la empresa, confiere autonomía de criterios al gerente frente al secretario del partido y retribuye a los trabajadores según el rendimiento que éstos tengan.

El gerente consideró igualmente necesario destituir de sus cargos a tres subdirectores reacios a aplicar la nueva política. Estas medidas bastaron para hacer montar en cólera al secretario del partido, quien acusó a Li de "aceptar sobornos, medrar en provecho propio, incurrir en autoestima, no respetar los principios y actuar caóticamente". En contrapartida, el osado gerente decretó el despido de éste, así como el de su mujer o, como lo califica del Diario del Pueblo, "vacaciones largas" sin sueldo para el subsecretario del partido de la empresa.

El sistema de contratos de responsabilidad en la empresa, impulsado desde el año pasado por el secretario general del partido, Zhao Ziyang, no ha dejado de suscitar reticencias y resistencias en diversos sectores de la sociedad.

Hasta fines de 1987, el 57% de grandes y medianas empresas ya lo habían adoptado, aunque frecuentes denuncias aseguran que, en muchos casos, el partido "salió por la puerta para volver por la ventana", es decir, el secretario se convirtió en gerente para mantener su poder.

El Diario del Pueblo, sin tomar partido en la polémica de la fábrica de accesorios de motores, asegura, sin embargo, que esta "interminable guerra civil" ha sumido a la empresa en el caos, y que el año pasado sus pérdidas ascendieron a 30.200 yenes (un millón de pesetas).

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