_
_
_
_
_
Entrevista:

"Si no cuentan conmigo, no merece la pena seguir"

Santillana juega hoy su último partido después de 17 temporadas en el Real Madrid

Carlos Alonso González, Santillana, nacido el 23 de agosto de 1952 en Santillana del Mar (Cantabria), casado, padre de dos hijos, viste esta tarde por última vez la camiseta del Real Madrid, después de 17 temporadas en este club, en los que ha jugado 708 partidos y marcado 316 goles. En su despedida tiene previsto jugar la primera parte y algunos minutos de la segunda. Le hubiera gustado retirarse en otras condiciones. Confiesa el motivo de su decisión: "Si no cuentan conmigo, no merece la pena seguir". Él continuaría, porque asegura estar en plena forma.

Más información
La evolución social del fútbol

Pregunta. Ha llegado el día de su retirada. ¿Es realmente como se lo imaginaba?Respuesta. Realmente nunca piensas en el día que te vas a retirar porque siempre imaginas que todavía estás bien para jugar al fútbol. Pero me hubiese gustado retirarme en otras condiciones deportivas, es decir, jugando más, pero el entrenador, desde el año pasado, ya no contaba conmigo como un hombre para el equipo, sino como una ayuda en un momento determinado, cuando las cosas estaban ya muy mal. Yo he sabido aceptar mi situación, y muy bien porque he estado entrenándome con la misma ilusión de siempre. En esas condiciones de que yo he hecho todo lo que podía, si el entrenador no cuenta conmigo, no merece la pena seguir.

P. ¿Quiere decir que si fuera titular retrasaría su retirada?

R. Claro. A mí no me importaría seguir porque me encuentro muy bien para jugar al fútbol. Yo dije que si el presidente o el entrenador creían conveniente que siguiese, yo continuaría, pero que si había algún pensamiento dife rente, lo dejaría.

P. ¿Deja el fútbol o sólo deja el Real Madrid?

R. Tengo posibilidades en este mismo momento de jugar en varios sitios, incluso en Europa. Está claro que en España no voy a jugar y fuera, sólo por alguna razón muy importante, podría ser económica, pero esto no es fundamental. Tendría que ser un país que me gustase como expe riencia para vivir, para aprender un idioma o para estar un par de años con mi familia. En este mo mento el problema que tengo es que puedo jugar un par de años más, pero no quiero ir arrastrándome por ningún sitio. Parajugar al fútbol es muy importante mantener la ilusión y la tensión, que no tengo ahora. Yo he ganado un prestigio como futbolista dentro y fuera del campo y no voy a ir a equipos segundones para hacer el ridículo.R. Porque ya sé lo que es jugar aquí. Conozco a la gente y si voy a jugar con otro equipo me llamarán viejo y pesetero. En fin, somos así. Mi pensamiento es abandonar por completo el fútbol, pero sí hubiese una posibilidad de que yo continuase jugando sería fuera de España como experiencia personal de mi vida.

P. ¿El día de hoy es de tristeza o de alegría?

R. Hoy es un día triste porque dejas un trozo de tu vida y de tu alma ahí. Pero me voy con un bagaje que no me lo podía imaginar nunca y por eso estoy muy orgulloso. Tengo que salir con la cabeza muy alta por haber estado 17 años en un equipo de la entidad y categoría del Madrid, porque no es fácil. Es decir, yo no he estado 17 años por estar; he estado porque he dado un rendimiento fenomenal al equipo, porque me he mantenido en buenas condiciones, incluso en estas últimas temporadas en las que ya no se contaba conmigo como jugador titular. Siempre que tuve oportunidad de jugar estuve en perfectas condiciones, como lo sigo estando.

P. ¿En qué estado va a salir a jugar hoy su último partido?

R. Voy a salir a hacerlo bien y si puedo meter dos goles, mejor que uno. Quizá no vaya a estar sicológicamente en el mejor momento para jugar, pero me meteré en el vestuario dispuesto a concentrarme para jugar, esperando dejar aparte todo lo que conlleva un partido de despedida y de homenaje.

P. ¿Tan duro resulta?

R. Puedes decir que es muy agradable que todos se acuerden de ti, pero es una gran presión; la gente te para por la calle, no paras de conceder entrevistas y esto te va acumulando tensión. Es dificil de superar, pero tampoco quiero que nadie piense que soy una víctima, al contrario, estoy super orgulloso de esta despedída.

No al homenaje

P. ¿Por qué no ha querido el clásico partido de homenaje?

R. Organizar un partido de homenaje puede resultar bonito o no, pero cada vez dice menos a la gente. El club me lo propuso hace años y yo lo que deseo es que la gente vaya al campo, como espero que lo haga hoy. No me importa el dinero, incluir mi despedida en este último partido de Liga ya es bastante.

P. ¿Va a quedar a partir de ahora totalmente desvinculado del Real Madrid?

R. El problema está en encontrar algo que me permita seguir ayudando a mi equipo. A nivel técnico no puedo porque nunca me gustó entrenar. Tendría que ser en alguna otra cosa. Después de estar toda mi vida aquí me gustaría cooperar de alguna forma,-no romper todos los lazos y apartarme.

P. Lo que está claro es que con usted se va el último ariete y, consiguientemente, un estilo de juego.

R. Me hace gracia oír a los entrenadores decir que el ariete ya no se lleva. En un equipo como el Madrid, en el que Michel entra por la derecha como si fuera un extremo y Gordillo lo hace por la izquierda 20 veces, siempre hay que tener un delantero que remate bien de cabeza. Ocurre que quedan menos arietes porque cada vez es más difícil jugar arriba, porque te marcan muy encima, porque te dan codazos, porque te empujan, y todo el mundo tiende a irse a zonas más có modas. Pero hoy en el centro siempre se monta un esquema defensivo muy fuerte y hay que ir a las bandas y entonces hace falta un rematador.

P. Usted ha sentado cátedra con el remate de cabeza. ¿Cómo lo realiza?

R. Ha sido una cosa intuitiva y de condición natural. Lo mismo que otro jugador tiene una capacidad fenomenal para driblar, yo tengo capacidad en cuanto a anticipación, salto y remate. La verdad es que es curíoso: cuando era chaval no recuerdo haber rematado jamás de cabeza, quizá porque hasta los 15 años no pisé un campo de fútbol de verdad, que es donde se siente el estímulo que dan los tres palos a la hora de rematar.

P. ¿Ha entrenado muchas veces su espectacular salto?

R. Nunca. A mí no me gusta. ,Estar todo el día saltando y dándole con la cabeza al balón me molesta porque golpear el medio kilo que pesa el balón, y con la velocidad que viene, no es agradable.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_