Peres afirma que la revuelta palestina se está debilitando

, El ministro de Asuntos Exteriores de Israel, Simón Peres, ha permanecido apenas dos días en Madrid para asistir al Consejo de la Internacional Socialista, en el que no se ha producido el clamor antiisraelí que algunos predecían. Peres, que ayer abandonó España con destino a Estados Unidos, afirma que la revuelta palestina se está debilitando y que jamás los métodos violentos inducirán a Israel a negociar con el mundo árabe. "La sublevación palestina no ha creado una nueva realidad política", afirma en una entrevista concedida a EL PAÍS.

Simón Peres tenía mucha prisa al abandonar la sesión del Consejo de la Internacional Socialista en la que se habían estudiado los borradores de resolución sobre Oriente Próximo y la política israelí contra la revuelta de los jóvenes palestinos en Cisjordania y Gaza. Quizá Simón Peres estaba ya pensando en su próxima entrevista con el secretario de Estado norteamericano, George Shultz, o en la campaña para las elecciones legislativas de noviembre, que ya ha comenzado a todos los efectos. El ministro israelí sabe que la agitación constante en los territorios ocupados favorece a la coalición derechista Likud -con la que está asociado en el Gobierno el Partido Laborista, que dirige- porque tiende a endurecer a la opinión contra cualquier concesión territorial a los Estados árabes.Las preguntas parece que le disgustan, que está deseando cambiar de interlocutor, y contesta sin disimular la prisa que "la revuelta está debilitándose, porque los palestinos están comenzando a cansarse; lo que predomina en ellos es una gran frustración, porque está claro que su actitud no conduce a ninguna parte. Es cierto que causan una gran impresión en la opinión pública mundial gracias a la televisión y a la Prensa internacional, pero ello no se ha traducido en ninguna nueva realidad política".

Israel sigue dispuesta a negociar, asegura, "pero no va a buscar una respuesta política porque quien sea recurra a la violencia o al terror. Israel negociará cuando se den las condiciones para ello, pero el levantamiento palestino no sirve para crear esas condiciones. Todo lo que no sea negociar en condiciones justas y cara a cara para llegar a los compromisos de paz son tentativas que no conducen a nada". Respecto a quién haya de ser esa otra cara con la que negociar, las cosas también son diáfanas: "Israel no negociará con la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) porque no se negocia con terroristas". No hay tampoco un futuro al que recurrir, porque pensar que "la OLP puede cambiar de actitud hacia Israel es crear falsas expectativas".

"Incapaz de cambiar"

Para Simón Peres ésa es una antigua cuestión a la que con los años va contestando de manera progresivamente incómoda: "¿Para qué voy yo a responder qué haría Israel si la OLP variara de actitud, si esta organización ha demostrado que es incapaz de cambiar?". Por añadidura, "la cuestión tampoco estriba en si Arafat quisiera o no negociar, porque no creo que el líder de la OLP sea un candidato para negociar nada". Mayor piedad la hay, con todo, para el rey Hussein, a quien "han obligado a echarse atrás de sus compromisos para negociar".En estas circunstancias, hablar de España siempre permite un cierto punto de reposo. "En las relaciones con España tenemos algún problema, como nuestra posición con respecto al Mercado Común tras el ingreso español, pero lo importante es que las relaciones se han normalizado, y en una situación normalizada siempre se dan altibajos". Uno de los altibajos se llama sin duda Ariel Sharon, ministro de Comercio, dirigente del Likud y afamado general de miras algo extremas, cuya visita a España fue suspendida el año pasado sine die. En Simón Peres cabe siempre sin embargo, un hueco a la ironía: "Yo no soy quien concede los visados para visitar España, pero creo que en el momento en que se le invitó se le debería haber recibido".

Israel va a cumplir 40 años de existencia como Estado el sábado día 14. ¿Cuánto le preocupan a Simón Peres los próximos 40?

"Creo que el mapa político del Próximo Oriente en las décadas venideras será un mapa de paz. No hay otra opción que la paz. La paz es inevitable. Y yo veo esa paz reinando en una situación parecida a la que tienen ahora los países del Mercado Común, con fronteras abiertas como las de Europa occidental", afirma Peres. "Para entonces deberíamos contar con el apoyo económico del Mercado Común -jamás en sus labios Comunidad Europea-, y competiremos en la construcción de laboratorios e industrias y no en la de armamentos".