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Los radicales, clave de las elecciones del próximo martes en Dinamarca

ENVIADO ESPECIALEl Partido Radical Liberal (Radikale Venstre), que obtuvo tan sólo el 6,2% de los votos y 11 diputados en las elecciones del pasado 8 de septiembre en Dinamarca, se deja cortejar ante la nueva cita con las urnas, el próximo martes, saboreando anticipadamente el papel de árbitro que le corresponderá desempeñar si los comicios no arrojan un resultado claro. Su líder, Niels Helweg Petersen, es también candidato a primer ministro, junto al actual, el conservador Poul Schlüter, y el máximo dirigente socialdemócrata, Svend Auken.

Los daneses han sido llamados a las urnas por segunda vez en ocho meses y aún no saben muy bien por qué. Schlüter dice que no ha tenido más remedio porque el Parlamento aprobó el pasado 14 de abril una resolución socialdemócrata que pide al Gobierno que informe a los barcos visitantes que es política de Dinamarca no recibir armas nucleares en su territorio, incluyendo los puertos. Para el primer ministro, eso significa renunciar a ser un miembro pleno de la OTAN y comprometer la defensa del país en tiempo de crisis. Estados Unidos, el Reino Unido y, en menor medida, los otros aliados, le jalean.

Los socialdemócratas, tal vez un tanto sorprendidos por el ruido que se ha armado, dicen que no es para tanto, y recuerdan que fueron ellos quienes metieron a Dinamarca en la Alianza y hacen notar que no se trata de exigir a los barcos una respuesta o una garantía, con lo que Londres y Washington pueden seguir haciendo de su capa un sayo sin alterar su política de no confirmar o negar si sus barcos de guerra transportan armas nucleares. Cuando todas las encuestas reflejan que cerca de dos de cada tres daneses son partidarios de la OTAN y que los abiertamente opuestos no llegan al 20%, todos los partidos con representación parlamentaria, con la excepción de los socialistas de izquierda y el minúsculo Rumbo Común, hacen profesión de fe atlantista.

Situación poco clara

La resolución del 14 de abril ha sido considerada por los conservadores como la gran oportunidad para distanciar a los socialdemócratas. Pero a juzgar por las encuestas la cosa no estará muy clara. La última otorgaba una ligera ventaja sobre el resultado de 1987 al partido de Auken y mostraba que el bloque rojo podía llegar al 49% de los votos y a rozar la mayoría absoluta de escaños. Pero la penúltima señalaba lo contrario, con los partidos no socialistas gozando de una mínima aunque suficiente mayoría absoluta. Así las cosas, los estados mayores de los partidos andan ya haciendo cábalas sobre cuatro escaños (de los 179 del Parlamento) con frecuencia olvidados: los dos de Groenlandia y los dos de las islas Feroe.Nadie se atreve a apostar. Si no hay mayoría roja, la existencia de tres candidatos a primer ministro complicaría extremadamente la situación y el chalaneo poselectoral puede ser de los que hacen época.

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