Ballesteros se dirige al COI para pedir que el golf sea deporte olímpico

Severiano Ballesteros se ha dirigido al Comité Olímpico Internacional (COI) con la intención de que su deporte sea olímpico. En una carta dirigida al presidente del C0I, Juan Antonio Samaranch, el golfista muestra su interés por el asunto a título particular. El COI le ha contestado agradeciéndole la misiva, pero diciéndole que el golf difícilmente puedeaspirar a ser deporte olímpico.

En la contestación del organismo olímpico se señala dicha imposibilidad porque no existe una federación internacional y, por tanto, no puede ser reconocida. El golf ni siquiera está en el primer gran escalón del asociacionismo deportivo mundial, la Asociación General de las Federaciones Internacionales de Deportes (AGFIS), donde hay deportes pintorescos y prácticamente desconocidos.Mientras el golf profesional lo controlan las distintas Asociaciones Profesionales (PGA), el máximo rango asociativo amateur lo ostenta únicamente la Federación Europea (EGA), de la que es presidente el español Juan Manuel Sáenz de Vicuña. Todos son organismos regionales o continentales.

La EGA sí tiene interés en la integración olímpica, pues el golf es sobradamente practicado en el mundo y supondría su implantación al máximo nivel. Pero choca con su falta de poderes para controlar todo el campo internacional. Siempre en la parcela amateur, existe un organismo denominado World Amateur Golf Council (WAGC), que se dedica exclusivamente a organizar los Campeonatos del Mundo por equipos. El WAGC tiene una composición colegiada entre la escocesa Society of St. Andrews Golfers y la United States Golf Association (USGA), más el organizador en cada edición. Suecia será el próximo.

El golf, al igual que otras modalidades tradicionalmente británicas, como el rugby, sin federación de carácter mundial, no se ha planteado nunca en profundidad ser olímpico. Sólo ha estado presente de forma casi anecdótica o testimonial, como deporte de exhibición, en los juegos de París, en 1900; San Luis, en 1904, y Berlín, en 1936.

Ballesteros, al tomar esta iniciativa, se suma a una corriente parcial de opinión, pero que difícilmente puede tener salida si no se ponen de acuerdo los distintos organismos del golf para crear una federación internacional. El español, además, no es de los deportistas bien vistos en el olímpismo dada su permanencia casi sistemática en las listas negras de la ONU por sus participaciones en Suráfrica. El problema surafricano es el que más preocupa al olimpismo.'