El Barça gana al Madrid entre pitos y aplausos
, La oposición a la actual junta directiva del Barcelona tendrá que seguir esperando a que se produzca el hecho biológico. La flebitis que padecía el presidente Josep Lluís Núñez desde que se inció la temporada quedó reducida ayer, gracias a la labor de dos cirujanos expertos: el Real Madrid, que saltó al Camp Nou a pasearse, y el público, que intentó ejercer la función de inquisidor de la plantilla azulgrana porque es difícil asimilar que unos millonarios pidan más dinero, cuando, teóricamente Hacienda somos todos. A Núñez le fallaron los juveniles, que al no poder vencer al Real Ma drid, no atemperaron el pasillo que sus rebeldes jugadores hicieron a los campeones de Liga Al final, para estudio de psi quiatras y psicólogos, todo acabó, en aplausos, como en una simple disputa conyugal. Y es que el rival era el Real Madrid.
Pero ese rival saltó al terreno de juego con la depre de haber sido eliminado de la Copa de Europa y sin su presidente en el palco. Ramón Mendoza quizá sabía de antemano que sus chicos iban a pasar bastante y que incluso podían echar una mano a sus compañeros de pro fesión en un contencioso estrictamente laboral.
La verdad es que los jugadores, del Barcelona necesitaron de la colaboración de sus rivales. Fueron recibidos con una bronca monumental, que ni siquiera se apaciguó cuando Carrasco marcó el primer gol, a los 2 minutos de partido, aunque ese tanto hiciera pecar al vicepresidente barcelonista Joan Gaspart, el hombre que se onorgullece de desear siempre y en cualquier momento que pierda el Real Madrid.
Los cabecillas de la insurrección, Víctor, Alexanco y Zubizarreta, fueron el blanco preferido de los aficionados y sólo Schuster, que en el último momento dejó a sus compañeros en la estacada gozó, paradójicamente, de sus favores, simplemente por haber ejercido -por supuesto con todo derecho- las funciones de esquirol. Pero, paulatinamente, ese público que bordeó la esquizofrenia fue cambiando de actitud al comprobar que su Barga estaba dando un baño al Real Madrid.
Y es que los chicos de la cuadra de Mendoza -una pancarta en el Gol Norte daba las gracias al PSV Eindhoven porque "el Barga sabe perder y ganar, mientras Mendoza y su cuadra no saben-, sin su estrella Butragueño y sin Jankovic se dedicó a jugar una pachanguita.
Jugando al ralentí, el equipo de Leo Beenhakker dejó que la iniciativa la llevara el Barcelona, que no desperdició la oportunidad que se le brindaba. Hugo Sánchez, por el contrario, sí desperdició un gol cantado, tras una incursión de Aldana que cortó Zubizarreta, saliendo a sus pies. El mexicano, que marca goles hasta con los ojos cerrados, lanzó el balón fuera y no contento con esto, disparó otro balón al poste, cuando tan sólo faltaban diez minutos para que concluyera la primera parte. Fueron las dos únicas oportunidades del Real Madrid.
El panorama no varió tras el descanso y la última pita sobre un jugador del Barga se la llevó Víctor, cuando fue sustituido por Urbano, en el minuto 53. A partir de ese momento, todas las broncas las recibieron los jugadores del. Real Madrid y la policía, que intentó cortar el lanzamiento de bengalas sobre la meta de Buyo, en el Gol Sur.
Y es que el Camp Noti volvió a ser el de siempre, al comprobar que el Barga podía humillar al conjunto madridista. No lo consiguió porque Lineker falló un par de claras ocasiones y Buyo se empleó a fondo, incluso saltándose la legalidad.
En definitiva, fue un partido con morbo pero de escasa lucha -los jugadores de ambos equipos se estaban saludando constantemente- en el que apenas hubo tácticas, porque un equipo, el Real Madrid, renunció a emplearse a fondo. Tenía que ganar el Barga para que todo acabara en una simple pelea conyugal entre el público y la plantilla azulgrana. Otra cosa es el contencioso con la directiva que preside Josep Lluís Núñez. Ese continuará la próxima semana.
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