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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Pesada, pesada, pesada

Ayer hablábamos en estas mismas páginas del concienzudo trabajo de los hermanos Taviani a partir de unos acontecimientos históricos concretos que daban origen a la hermosa La noche de San Lorenzo. Cine e historia coincidían así e instrumentaban un vehículo de mérito, personal, poético e intenso. Hoy acude a nuestras pantallas la otra cara del cine cuando nos habla de unos hechos históricos, exactamente, los acaecidos en Pearl Harbour el siete de diciembre de 1941. Se trata de despojar la pantalla de todo elemento accesorio, circunscribirse a la información periodística, regando las imágenes con continuos nombres de almirantes y altos jefes de ambos bandos y horas y minutos exactos de los acontecimientos y, finalmente, dejar caer una frase brillante, célebre ("Sólo hemos conseguido despertar a un gigante que estaba dormido", o algo así) que no se entiende muy bien qué hace en una coproducción entre EE UU y Japón, que es muy poco equitativa.Así es Tora, tora, tora. Asi, pero con 25 largos millones de dólares invertidos en su producción, por descontado espectacular en su segunda parte, la del ataque e incendio masivo de portaviones y kamikazes en vertiginoso descenso. Aunque no sólo eso. No sólo una superproducción histórica, sino también una pretendida operación de prestigio que contó con un veterano y eficaz Richard Fleischer para dirigir la parte norteamericana del asunto y quería contar con Akira Kurosawa para la nipona, finalmente sustituido por dos realizadores japoneses de buen oficio y poco beneficio.

El resultado es un largometraje pesado y convencional, que ofrece lo que tenía que ofrecer, pero no es capaz, naturalmente, de hacer una lectura de los hechos. Una obra inútil, seamos claros.

Fábula satírica

Lo mejor de la programación se halla a las siete y pico de la maflana del sábado: La chica de la Quinta Avenida, una de esas satíricas fábulas sobre ricos y pobres de Gregory La Cava -en la línea de Al servicio de las damas-, donde un excelente guión, una puesta en escena elegante y sofisticada y unos actores perfectos -Ginger Rogers en uno de sus mejores trabajos, el bastante desconocido, pero magnífico, Walter Connolly y unos secundarios impecables- dan la medida de lo que, sin duda, es el mejor momento para la comedia hablada: los años treinta.

El resto entra de lleno en el terreno de la discreción. Una comedia de Fernando Fernán-Gómez, simpática, pero por debajo de sus posibilidades -Los palomos-; un filme francés sobre la más legendaria figura de su canción -Una voz llamada Edith Piaf-, perpetrado por Guy Casaril y, pese a ciertos pesados tópicos melodramáticos, no exenta de algunos valores.

Tora, Tora, Tora! se emite hoy a las 22.30. Una voz llamada Edith Piaf, a las 3.50. La muchacha de la Quinta Avenida, a las 7.45. Todas ellas por TVE-1. Los palomos, a las 17.30, por TVE-2.

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