La calle de Julián Grimau
Menos mal que EL PAIS se ha acordado de honrar la memoria de El último (?) muerto de la guerra civil, en el 2511 aniversario de la ejecución de Julián Grimau. Aquel anunciado asesinato ilegal conmovió al mundo, y la defensa de Grimau concitó muchas peticiones de clemencia con resonancia internacional, entre ellas los telegramas de Juan XXIII y Nfláta Jruschov. Sin embargo, un tercer telegrama pudo salvarle la vida: el del presidente Kennedy, que se esperó hasta última hora y nunca se recibió.A 10 años largos de nuestra corta democracia, es cosa de preguntarse si hay en Madrid alguna calle dedicada a Grimau. Dudo que exista tal calle en la capital, y tampoco debe haberla en las demás ciudades de España. Salvo, quiero creer, en la Córdoba del alcalde Anguita.
Sí que la hay, en cambio, en varios puntos fuera de nuestras fronteras. En Moscú, por ejemplo, ya en el mismo año 1963 se dio el nombre de Julián Grimau a una calle del barrio de Ostánkino, entonces en construcción. En dicha calle, además, luce vistosa una placa de márnil donde se informa a los moscovitas sobre quién fue "... Julián Grimau García..., fusilado por las autoridades fascistas españolas...".
Es de notar con tristeza que nuestro país todavía camina con pies de plomo, o permanece parado por si acaso, en su deber de honrar siquiera mínimamente a las víctimas del franquismo. Y asimismo es lamentable que el callejero de nuestras ciudades esté plagado de nombres tan infamantes que incluso a la luz equívoca de la reciente historia oficial resultan ser bochornosos para el vecindario que los sufre.-
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