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Entrevista:

Clemente: "Ser diplomático significa mentir"

El técnico vasco ha situado, sorprendentemente, al Español en la final de la UEFA

Sus cuerdas vocales todavía acusan la tensión a la que fueron sometidas el pasado miércoles. Ese 20 de abril ya ha quedado grabado en la memoria de un club que siempre se ha encontrado en estado preagónico. Sin duda fue la noche más hermosa del Español. Para Javier Clemente también lo fue, aunque él ya había saboreado un manjar semejante y quizá de más calidad en el Athiétic de Bilbao. Clemente, a pesar de negarlo, necesitaba de un triunfo de esas características. Su imagen se había desgastado progresivamente por los malos resultados y por su particular forma de ser. No tiene intención de cambiar y se niega a ejercer la diplomacia porque para él significa mentir.

Pregunta. ¿Sigue saboreando el triunfo del pasado miércoles?

Respuesta. En absoluto. Ya lo he olvidado por completo. La gente lo sigue celebrando, pero a mí me faltan fechas y tiempo para preparar bien la final de la Copa de la UEFA.

P. Muchas de esas personas que todavía lo están celebrando lo califican de genio.

R. Pues no tengo nada de genio. Lo que pasa es que hago las cosas tan sencillas que para los demás parecen de genio.

P. ¿Se considera, entonces, un hombre sencillo?

R. Sí y no he perdido mi sencillez por la victoria del miércoles. Pero, por lo visto, soy tan poco comprendido como persona que como haciendo las alineaciones. La Prensa da una imagen de mí que no tengo. Dicen que soy polémico y tengo fama de fantasma, pero nada de eso es cierto.

P. Pero usted ha tenido y tiene problemas con jugadores, entrenadores y periodistas.

R. Si no se metieran conmigo hablaría la mitad.

P. ¿No cree que le va la marcha?

R. Reconozco que me gusta la marcha, que, a veces no puedo frenarme, pero tampoco siento placer de estar discutiendo todo el día.

La agresividad

P. En sus declaraciones siempre hay una elevada carga de agresividad.

R. Es cierto. Mis respuestas siempre son agresivas porque son claras.

P. ¿Y esa agresividad no puede ser un arma de autodefensa para ocultar su tremenda timidez?

R. Me hace gracia que se me considere tímido. Creo que no lo soy, aunque algunas veces tengo vergüenza de participar en algunos actos.

P. ¿No es usted un hombre de ideas excesivamente fijas, de mente muy cuadriculada?

R. Es cierto, en algunos aspectos tengo ideas fijas, simplemente porque no puedo soportar a las personas que mienten con intención de hacer daño. Por ejemplo, con la Prensa me llevo bien, pero siempre sale algún guarrete, que pasa de tratarme bien a hacerlo mal y mintiendo.

P. Muchos le han aconsejado que sea usted más diplomático.

R. No conseguirán que cambie. Ser diplomático significa mentir y yo nunca lo haré, salvo el día que tenga necesidad de ello. El día que vea que voy a morirme de hambre seré diplomático y mentiré. Si a eso le llaman ser polémico, pues lo seré, pero yo puedo comer con un marqués y un obrero y a los dos decirles las mismas cosas, aunque con diferente lenguaje.

P. ¿Necesitaba clasificar al Español para la final de la Copa de la UEFA para recomponer su imagen?

R. Personalmente no necesitaba la victoria, porque cuando peor me van las cosas más me entrego a mis ideas. Estoy igual ahora que antes, aunque quizá con la chaqueta más desgastada por las palmadas que me han dado en la espalda. Pero reconozco que quizá sí la necesitaba el entrenador del Español.

P. ¿Han cambiado sus planteamientos de futuro?

R. En nada. Ahora ya estoy preparando la concentración de pretemporada con el Español, porque no me puedo retirar al no tener la vida solucionada. Si hay algún club que quiera ficharme sólo tiene que ponerse en contacto conmigo.

P. ¿Cree que en estos momentos hay alguno?

R. La verdad es que no tengo muchas esperanzas. Pero yo no puedo hacer nada para que un club grande o la selección desee contratarme.

P. ¿Por qué no piensan en usted?

R. Porque no les gusto o consideran más capacitados a otros técnicos.

P. ¿Es consciente de que su forma de ser le perjudica?

R. Dicen que soy bueno, pero que mi carácter es excesivamente fuerte, pero yo no pienso cambiar porque no sena el mismo. No estaré en un club grande pero sigo teniendo trabajo que es lo importante.

P. ¿Se siente frustrado?

R. No tengo carácter para frustraciones. Simplemente creo que pago el precio de ser feliz. A mí no se me puede fichar solamente para entrenar. Tengo que respirar, hablar y dar mi opinión. Necesito luchar por unas ideas, porque considero que un entrenador con la influencia que posee debe aportar más cosas a la sociedad. Mi trabajo no consiste en hacer churros, aunque también los podría hacer después de aprender.

P. En el Español no hace churros, pero quizá sí milagros.

R. Para los que no nos veían capaces puede parecer un milagro, pero no para mí. En el fútbol, sin figuras, se puede conseguir un gran equipo y el Español ha jugado en la UEFA como un equipo compacto.

P. ¿Cómo lo ha conseguido?

R. Pues estudiando detenidamente los defectos de mis jugadores. Para conseguir un gran equipo se necesita mucha calidad individual, pero a veces si salen a relucir los defectos, ese equipo también falla. Ése podría ser el caso del Madrid.

P. Usted no tiene un equipo de gran calidad individual.

R. No. Yo soy el conductor de un autobús con muchas limitaciones. Tengo un equipo modesto que, cuando ha ido bien, ha sabido asimilar los aires de grandeza para no caer en la prehistoria.

P. De todas formas, usted tiene fama de que no le gustan los grandes jugadores.

R. Es falso. Me encantan, salvo cuando dejan de currar. Han de ganarse en el campo lo que cobran de más. Yo sólo quiero trabajadores y buenas personas. Si un futbolista a mis órdenes es bueno pero altera la convivencia del grupo, tengo muy claro que no debe jugar.

P. ¿Además de trabajadores, los prefiere listos o hábiles?

R. El futbolista listo conoce sus limitaciones, pero es más incómodo de marcar. Por el contrario, uno hábil es fácil de controlar. Un ejemplo de futbolista listo era Dani y uno hábil, Butragueño. Pero de todas formas, insisto, a mí me gustan los cracks, que los hay en todos los equipos hasta en el más modesto. Sólo quiero que rindan al 100% y que sean disciplinados.

P. ¿Qué es el fútbol para usted?

R. Para definirlo tengo que recordar a Piru Gainza que suele decir que el fútbol es algo muy bonito si no hubiera partidos los domingos. Pues bien, yo digo lo mismo pero al revés. Es algo muy bonito con partidos los domingos.

Su gran evasión

Javier Clemente, que, como la mayoría, vive en permanente estado de tensión, ha encontrado una válvula de escape en un deporte individual, que quizá sirva también para definir su acusada personalidad: el golf. En sus meses de paro obligado, cuando fue despedido del Athlétic, descargó toda su agresividad en una bola mucho más pequeña que un balón. Muchos pensaron que inició el cursillo de golf por puro esnobismo, pero él asegura que "en ese deporte encuentro un relajamiento y una tranquilidad dificil de explicar".El mar también ejerce sobre él un efecto sedante. En Bilbao se embarcaba para desengancharse del fútbol y dedicarse a la pesca. Ahora, en Barcelona, sólo juega al golf. El Mediterráneo es para Clemente "un mar pastoso, que no me atrae como el Cantábrico, en el que siempre has de estar atento".

Y es que a Clemente le gustan las emociones fuertes y por eso todavía sueña con volver algún día a San Mamés y sentarse en el banquillo local y no en el visitante. "No tengo una espina clavada, pero no puedo ocultar que quiero volver allí. Pero mientras esté Pedro Aurtenetxe, el actual presidente del Athlétic, está muy claro que no".

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