Un hombre, destrozado por el explosivo que experimentaba
Un hombre de 50 años de edad murió destrozado mientras manipulaba unos artefactos explosivos en una vieja cantera del término municipal de Valverde de Alcalá a unos 15 kilómetros de Alcalá de Henares. Un coronel retirado y el dueño de un bar, que acompañaban a la víctima, sufrieron heridas al ser alcanzados por la onda expansiva, según fuentes de la Guardia Civil. Medios próximos a la investigación han manifestado que "no hay nada raro en el caso" y han descartado inicialmente la posibilidad de que la víctima o sus acompañantes estuvieran fabricando una bomba con fines terroristas.
Juan José Hermida Barreiro, soltero, invitó a su amigo Francisco Juanes Martín, de 53 años, propietario del mesón Charro, de Alcalá de Henares, a presenciar un experimento realizado con "un artilugio de energía solar", según ha declarado éste. El coronel retirado Julio Argüeso García, de 70 años, que se hallaba en el establecimiento, sito en la calle de Carmen Calzado, decidió participar también en la aventura.Los tres hombres partieron a media tarde del pasado miércoles hacia una antigua cantera situada junto a la carretera de Valverde de Alcalá a Nuevo Baztán. Nada más llegar allí, Hermida colocó tres recipientes metálicos junto a una vieja caseta y empezó a rellenarlos con unos polvos cuya composición no se había determinado anoche todavía.
Como consecuencia de una primera explosión, Juan José Hermida sufrió la amputación de ambas manos. Unos segundos después se produjo una segunda explosión, que alcanzó de lleno a la víctima en el pecho y le causó la muerte prácticamente en el acto.
Francisco Juanes, propietario del mesón Charro y de una tienda de decoración cercana a la plaza de Cervantes, en Alcalá de Henares, comprobó que su amigo Hermida "estaba destrozado" y que él había sido alcanzado en el costado izquierdo por un trozo de metralla. El coronel Argueso sufrió una herida en un brazo.
Juanes se puso al volante de su automóvil y llegó a Valverde conduciendo con una mano, mientras con la otra se taponaba la herida del costado izquierdo, que sangraba abundantemente.
El coronel Argüeso y Francisco Juanes fueron trasladados al hospital, tras informar a la Guardia Civil que en la cantera estaba el cadáver de Hermida.
El fallecido Hermida, natural de Pontevedra, residía en una vivienda de la calle Carmen Calzado, en el centro de Alcalá de Henares, y nadie ha podido precisar su profesión. Según algunos vecinos, actualmente estaba sin trabajo.
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