La prehistoria del tráfico

Los últimos sistemas utilizados por los traficantes de drogas para eludir los controles policiales han dejado anticuados los métodos primitivos. Transportar la mercancía en los zapatos, concretamente en el interior de los tacones, ya no se lleva nada. Ningún camello que se precie recurriría ahora a semejante sistema.

También resultan, ya prehistóricas estratagemas como la de los culeros, consistente en pasar la droga dentro de preservativos escondidos en el ano. Este sistema se practica fundamentalmente en el sur de España para pasar hachís desde Marruecos. En una ocasión la policía interceptó un autobús repleto de culeros y otra vez se detuvo a un grupo de embarazadas que, bajo el pretextó de no someterse a pruebas radiológicas, llevaban oculto chocolate.

Los correos humanos -camellos que ingieren bolsitas de cocaína y las trasladan al lugar de la entrega dentro de sus propios estómagos- también están cayendo en desuso. Este sistema es difícil de detectar por la policía, pero entraña, Sin embargo, graves riesgos para la vida del traficante en el caso de que se rompa el plástico. Más de un correo ha tenido que ser ingresado en un centro sanitario en estado muy grave.