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Llamamientos a la unidad en el congreso que consuma la división del poder socialista andaluz

El vicesecretario general del PSOE, Alfonso Guerra, acusó ayer a los sectores "más reaccionarios" de la sociedad de propagar la idea de que la sustitución de José Rodríguez de la Borbolla de la secretaría general del partido en Andalucía se hacía para frenar la pujanza del Gobierno que éste preside y para someter su gestión al control del partido que desde ayer dirige el guerrista Carlos Sanjuán. Guerra clausuró el congreso socialista de Andalucía, en cuyo final proliferaron las declaraciones de unidad y apoyo al sustituido Rodríguez de la Borbolla.

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La sustitución no indica necesariamente que el hasta ahora secretario general no vaya a ser el próximo candidato a presidir la Junta de Andalucía, pero sí "abre la posibilidad de nombrarle o no desde el partido, cosa que antes era imposible", dijo un miembro de la nueva dirección.La crisis del socialismo andaluz, que se ha mostrado durante más de un trienio con extremada claridad, se zanjó ayer formalmente con la elección al frente de la secretaría, general del diputado malagueño Carlos Sanjuán, acompañado de una comisión ejecutiva formada por guerristas -nueva mayoría desde ayer-, a excepción de tres vocales considerados afectos a Rodríguez de la Borbolla, aunque sin cargos de responsabilidad. La nueva ejecutiva resultó elegida con un 100% de los votos.

La sustitución llevada a cabo tenía como objetivo fundamental alejar a Rodríguez de la Borbolla del control del partido, a causa de los perjuicios, según sus rivales políticos, que había ocasionado su control absoluto sobre la organización y sobre el Gobierno. Su forma de ejercer el poder ha ido acrecentando una estela de descontentos que finalmente han conseguido apearle de la secretaría general, algo que no consiguieron hace tres años, en el anterior congreso, donde los agraviados eran aún minoría.

En los días precedentes al congreso, los futuros dirigentes del partido daban por seguro que ésta sería la última etapa de Rodríguez de la Borbolla al frente de la Junta, toda vez que para las próximas elecciones el candidato sería otro. Sin embargo, ayer, presos quizá del clima fratemo del acto de clausura, los dirigentes de la nueva mayoría no fueron tan tajantes. "Si cuando llegue 1990 la gestión es excelente y su carisma personal ha crecido en la percepción de los ciudadanos, no habrá ningún inconveniente en que Pepote sea nuestro candidato. Se pretendía tan sólo tener la posibilidad de que el partido decidiera o no si es el candidato, no como hasta ahora, que él mismo se podía autoproclamar", explicaron estos portavoces.

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"Reaccionarios"

El presidente del Gobierno en funciones, Alfonso Guerra, quiso borrar cualquier atisbo de enfrentamiento en el socialismo andaluz, toda vez que lo conocido para la opinión pública ha sido fruto de "invenciones de los sectores más reaccionarios de la sociedad, o de la ignorancia". Según Guerra, la separación de poderes entre Gobierno y partido se ha utilizado "aviesamente, dando a entender que se pretendía evitar la pujanza de la Junta de Andalucía, lo que no va a ocurrir".El vicesecretario general tuvo un saludo muy cariñoso para "Pepe" (Rodríguez de la Borbolla): "Que nadie piense que esto es una despedida, Pepe tiene mucho que trabajar, siempre le he apoyado y siempre le apoyaré", dijo. Tras ello saludó al nuevo secretario general, Carlos Sanjuán, del que destacó "su inaudita capacidad de trabajo", y auguró sólidos beneficios para Andalucía, con el partido "apoyando al presidente Rodríguez de la Borbolla".

El presidente de la Junta, que según los nuevos estatutos puede asistir aun sin ser miembro a las reuniones de la ejecutiva, también intervino a modo de saludo. Rodríguez de la Borbolla, como "presidente socialista de los andaluces", convocó a los delegados del congreso para cumplir con su responsabilidad, y, como "presidente de todos los andaluces", pidió colaboración a todos los socialistas.

El nuevo secretario, Carlos Sanjuán, se negó a admitir que "a priori se pueda establecer que va a haber discrepancias entre la nueva ejecutiva y el Gobierno regional", y señaló: "La imagen que tengo formada de un candidato para 1990 es la de Rodríguez de la Borbolla".

La nueva correlación de fuerzas en el socialismo andaluz va a posibilitar, sin embargo, una mayor contestación de ayuntamientos y diputaciones provinciales, en su mayor parte en manos de representantes de la nueva mayoría, que reclaman una mayor descentralización administrativa de la Junta de Andalucía.

Esta contestación va a tener comó principal argumento la ley de diputaciones, aprobada recientemente por el Parlamento andaluz y rechazada tajantemente por destacados representantes del sector guerrista del partido, fundamentalmente por el presidente de la Diputación Provincial de Sevilla, Miguel Ángel Pino.

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