El Madrid- Joventut resultó un sucedáneo

Real Madrid y Joventut jugaron un sucedáneo de partido. Aparentemente hubo de todo. un marcador abultado, -exactamente 200 tantos entre los dos equipos-, mucho más público del esperado (unos 11.000 espectadores), un marcador francamente irregular -el Madrid pasó de 18 tantos de ventaja a 10; de 23 a 5-, 52 personales y hasta un atisbo de presión -en esta Liga no presiona nadie ni aunque le vaya en ello el honor de la familia-. Pero, en lo sustantivo, poca cosa: el Joventut no hizo nada para ganarle al Madrid y el partido sólo tuvo tensión durante cinco minutos.Puede afirmarse que el partido resultó entretenido, vistoso para el público, variado, repleto de jugadas individuales bien ejecutadas y con algunas acciones de dureza. Al descanso, el marcador señalaba un infrecuente 66-53. Pero todo el alarde estadístico que se quiera no puede justificar, a veces, la realidad: ¿Dejó alguna vez el Madrid de dominar el partido?. Volviendo la pregunta del revés: ¿Cuánto tiempo duró la opción del Joventut para darle la vuelta al encuentro?. ¿Y fue algo más que una simple opción?. El Joventut tuvo dos minutos para intentar ganar el partido pero hizo cosas más que suficientes para perderlo. En realidad, lo llevó perdido toda la tarde y quedó en entredicho cuando llegó la hora de decir la verdad: no jugó con sus pivots, desperdició las posesiones alocadamente y permitió un final sereno al rival.

El partido empezó bien, con mucha velocidad por ambas partes, ataques consecutivos con buenos porcentajes. Con el empate a 18, algunos espectadores se recolocaban en su localidad intuyendo que estaban ante un choque de calidad. Sin embargo, en un minuto, el Madrid se despegaba a un 27- 1 &y alcanzaba un cómodo 36-22, paso previo a lo que parecía un definitivo 46-28 cuando restaban'33 minutos de partido. El alaque del Joventut se reducía a las acciones individuales de Villacampa, jugador que, en esos instantes, había transformado el 44% de los tantos de su equipo. Todo un síntoma.

Aun así, cierta relajación madridista permitió un acercamiento más efectista que real en los minutos finales de la primera parte. Tan efectista que, al comenzar el segundo período, el Madrid fue alimentando su diferencia hasta alcanzar una ventaja de 23 tantos 83-60 cuando quedaban casi 15 minutos de partido. ¿Quién estaba dominando la situación?.

Por tanto, el hecho de que al final diera la sensación de que la victoria se resolvió en dos o tres jugadas no fue más que un espejismo. Efectivamente, el Madrid parecía contar con ciertas dificultades para mantener en pista a Romay y Branson, ambos con cuatro personales, pero esa debilidad no resultaba tan trascendente como parecía. Por una parte, porque Romay tardó en caer (minuto 33) y, luego, porque la supuesta ventaja reboteadora del. Joventut, que mantuvo hasta el final a Johnson y Meriweather, no se reflejó en el juego. De hecho, el Joventut casi nunca jugó con sus pivols.

El Joventut pareció que presionaba, pero no logró resultados evidentes de su presión. Lo que sí sucedió fue que el Madrid perdió la tensión del partido muy pronto, a la vista de sus diferencias, y el Joventut encontró facilidades para evitar un resultado bochornoso. Con el paso del tiempo, se dio cuenta de que se había acercado tanto al Madrid que estaba en disposición de darle la vuelta al partido (97-92 a falta de tres minutos). En esos momentos, tenía que intentar ganar, pero no pudo. No supo entrar en tensión porque no la tuvo toda la tarde. Y la tensión es un ingrediente fundamental, un ingrediente que separa lo que es auténtico del mero sucedáneo, aunque, como en este MadridJoventut, pueda haber dejado un buen sabor en el público.Fórum, 85; Magia, 75

Fórum Filatélico: Phillips (19), Alonso (5), Young (23), Salvo (13), De la Cruz (10), Reyes (2), Seara (7), Fernández (6).

Magia de Huesca: Puig (2), Jackson (28), Hall (24), Alocén (2), Pagés (13), Sabater (3), Soler (3).