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GOLF

Ballesteros y Olazábal, mano a mano en Mallorca

Severiano Ballesteros y José María Olazábal convirtieron ayer el torneo de Baleares de golf en un mano a mano entre ellos. Ballesteros, que se ha superado a sí mismo jornada a jornada, concluyó su tercer recorrido con 67 golpes, cinco bajo par, con lo que totaliza 205. Pero es que Olazábal, enmendándose de su desliz del día anterior, hizo efímero el récord del campo de Santa Ponsa, establecido en la víspera por el inglés Neil Hansen en 66; entregó una tarjeta de 64 golpes e igualó a Seve.

No es la primera vez que Olazábal y Ballesteros se encuentran en una situación semejante. En el Campeonato de España de 1985, disputado precisamente en la cuna del santanderino, Pedreña, el donostiarra, que aún era aficionado y apenas contaba 19 años, forzó el desempate entre ambos, que le fue adverso. Las circunstancias ahora son paralelas, si bien el terreno es neutral y Olazábal se siente eufórico. "Estoy como si flotara en una nube", confesó ayer.La verdad es que José María tenía muchos motivos para irradiar felicidad. Sus 64. golpes, ocho bajo par, habían tirado por los suelos los 66 de Hansen, que jugó al lado de Ballesteros y, con unos dignos 71, no consintió que nadie le confundiera con su caddie, un temor que, irónicamente, había comentado que tenía. Olazábal se arriesgó hoyo a hoyo y sólo en uno su aventura careció de fortuna. Pero su bogey era raquítico en comparación con su eagle, embocando la bola desde más de cinco metros, y sus siete birdies. "Todo me ha salido a la perfección", resumió. Pero recapacitó enseguida y matizó: "Sé que va a ser muy difícil que se repita. Y es que ha sido una maravilla".

Tan sólo en una oportunidad, en 1987, Olazábal había firmado una tarjeta mejor, 62. Pero sus perspectivas eran entonces distintas. Sabe que hoy puede alcanzar su tercer título en el circuito europeo, tras los de Suiza y Barcelona en 1986, y caminar codo con codo con Ballesteros, apremiándole en cada lanzamiento, supone un aliciente muy particular para él, que, de alguna manera, permanece ensombrecido por la categoría del cántabro. "Seve siempre juega bien. Seguro que esta vez lo hará estupendamente. Pero eso no será sino un estímulo para mí", agregó José María mientras repasaba en su imaginación su brillante papel.

Mayor experiencia

Ballesteros se mostraba más comedido. Sin duda, en función de ser un número uno, él tiene más que perder. Su fuerza estará acaso en su mayor experiencia en esta clase de coyunturas. Ayer volvió a jugar de forma notable e incluso superó su mal fario en el hoyo 18. Si en la primerajornada cometió un doble bogey en él y en la segunda un bogey, en esta baza se resarció con un birdie, uno de los cuatro que logró, a los que unió un eagle en el mismo en que lo consiguió Olazábal.Habría terminado como líder solitario sin su bogey en el penúltimo compromiso. No fue ningún problema para él sacar la pelota de una rampa de arena y dejarla bien colocada para salvar el par. Pero su put rozó el agujero y se perdió un poco más allá. La contrapartida la encontró en el último, el 18, que podía infundirle alguna inquietud psicológica por sus fallos precedentes en él. Pero en esta oportunidad se desquitó con un birdie. Sus tres golpes, el definitivo desde una posición no muy sencilla del todo, fueron un modelo de precisión. "Al menos, ahí estamos dos españoles", afirmó.

El golf es uno de los deportes que más alternativas presenta. Y es que las circunstancias nunca son las mismas. Como consecuencia de ello, los resultados pueden variar de forma espectacular de un día para otro. Ayer, por ejemplo, Juan Anglada igualó el récord transitorio de Hansen con la paradoja de que había eludido el corte por carambola.

La equivocación del galés lan Woosnam, que rubricó su tarjeta del viernes con un golpe más de los que realmente había dado, benefició a 21 jugadores, entre ellos Anglada, que habrían sido eliminados sin ella. El catalán emprendió el tercer recorrido sintiéndose muy relajado. Además, su emparejamiento con el propio Woosnam le complacía. Así que jugó tan bien que no incurrió en ningún bogey y, en cambio, logró seis birdies. "Tampoco es la primera vez que consigo una marca similar", comentó con satisfacción.

Clasificación: 1º Ballesteros (70 + 68 + 67) y Olazábal (68 + 73 + 64), 205. 3º Hansen (Inglaterra), 208. 4º Barry Lane (Inglaterra), 211. 5º John Jacobs (EE UU), 212.

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