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Sutilezas

Rosa Montero

Se multiplican cual prolífica colonia bacteriana y, al llegar a la proximidad de los congresos, estallan como brote de setas en humus propicio. Me refiero a los istas y a los ismos, a esa enigmática tendencia que manifiestan los cuerpos políticos a fragmentarse en un sinfín de cabecillas, que las más de las veces son meras cabezuelas y en muchas ocasiones cabezotas. Y así, hay guerristas y boyeristas, amén de anguitistas, gerardistas, fraguistas y aznaristas, y en la última semana hemos podido comprobar, ¡gloria bendita!, que tenemos incluso borbollistas, para pasmo de la concurrencia general.

Es demasiada tensión para la mente. A los españoles ya nos está costando Dios y ayuda el aprender, en los breves años democráticos, el sentido y la coloración de los partidos políticos tradicionales. De la noche a la mañana hemos tenido que enterarnos de qué eran los comunistas, los socialistas, los democristianos, los liberales, los socialdemócratas, los conservadores o los anarquistas. Y sin habernos estudiado bien tanto barullo, ahora no! meten este desconcierto total de enemistades. Porque, veamos, el guerrismo socialista, ¿en qué se diferencia del socialismo borbollista? Son sutilezas muy hondas, más difíciles que el álgebra avanzada. No es de extrañar que cunda el desaliento entre las masas.

Porque el proceso cismático avanza inexorablemente. De seguir así, los caballeros de apellido compuesto corren incluso el riesgo de escisiones duales; esto es, puede haber hernandecistas que se peguen con manchistas, o sotelistas enfrentados a calvitos. Tremendo lío. Deben de ser muy importantes los ismos y los istas, porque ocupan páginas y páginas en los periódicos. Pero la Prensa no explica cuáles son las distinciones ideológicas, qué divergencia en la concepción del mundo les separa. Tanto es así, que se diría que no hay diferencia de ideas entre ellos, sino más bien una guerrilla de influencias, un trajinarse el poder personal y el fuste propio. A lo peor, nuestros amados prohombres resultan ser así de mediocres y de tontos.

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