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El Barça falló en el momento decisivo

Robert Álvarez

ENVIADO ESPECIALEl Barcelona volvió a fallar en los momentos decisivos. Hacía tiempo que no dejaba de actuar como una apisonadora. Anoche jugó bien, pero delante tuvo un equipo que, a pesar de ser una advenedizo, se ha convertido en un firme candidato a gana la Copa de Europa, aunque algunos entendidos lo descarten por la juventud de sus jugadores y la falta de títulos que lo avalen. El conjunto azulgrana, que obtuvo su último empate a falta de tres minutos y medio para el final acabó perdiendo por seis puntos, 96-90. La derrota provoca que ahora tenga que actuar azuzado por la necesidad de ganar los tres partidos que le quedan, contra el Den Bosch, el Tracer (que ayer ganó al Maccabi por 113-81) y el Orthez. Dos triunfos también podrían serle suficientes para llegar a las semifinales, pero ya dependería de los resultados de sus adversarios directos, el A.ris y el Satum, (ayer se enfrentaron en Salónica y ganó el equipo griego por 100-98), así como el Maccabi.

El cuadro azulgrana acabó el partido de ayer con el ridículo sentimiento de culpa del conductor ebrio que se cree capaz de hacer llevar la aguja del cuentakilómetros a su tope y acaba derrapando en una de las últimas curvas del trayecto. Es un sentimiento que el Barcelona creía haber olvidado tras sus cuatro primeros reveses en la Copa de Europa, en los que también falló en los momentos finales. Anoche reincidió. No forzó en la defensa y ello fue lo que no le permitió saldar una de las últimas cuentas pendientes que le quedaban. Ganar en Belgrado no hubiera supuesto tan sólo un buen paso para empezar a pensar en el viaje a Gante, sino que también habría significado la legitimación que conceden las grandes victorias. Si se quiere, un concepto poco pragmático, pero siempre estimable, cuando es posible que ambos equipos tengan que enfrentarse nuevamente si el Barça acaba jugando las semifinales.

La zona del Barcelona no representó anoche el reactivo de otras ocasiones y los yugoslavos, adictos a los triples, no perdonaron. Sibilio casi flotó a Grbovíc y Aíto García Reneses, el técnico barcelonista, no acertó a dar con la clave para parar la artillería del Partizán. Todo ello, junto a la falta de acierto en los últimos tres minutos y medio, en los que Epi y Sibilio fallaron tres triples y Jiménez dos canastas relativamente fáciles y en los que se produjo un parcial de 9-3, decidió el partido.

De alguna forma, se acabó como se había empezado, puesto que el Partizan infundió un frenesí a su juego que dejó en una dificil situación al Barcelona ya en los primeros compases. Con siete canastas en sus ocho primeros intentos, el Partizán se fue por 12 puntos, 13-1. Una misma jugada en que Sibilio falló un triple, Norris un mate y, nuevamente, Sibílio sufrió un tapón por parte de Divac lo resume todo. Los pivots azulgrana tuvieran, en fin, mil y un problemas para frenar a Divac.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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