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La industria española triplica la tasa de crecimiento comunitario, al aproximarse al 5%

La producción industrial creció en España un 4,7% en volumen el pasado año, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Su avance ha sido tres veces superior al de la Comunidad Europea (CE) e incluso mayor al de Japón y Estados Unidos. En términos de valor añadido, la industria parece haber superado los nueve billones de pesetas. También su expansión puede haber excedido el casi 5% del producto interior bruto (PIB), por lo que nuevamente se ha frenado el proceso de desindustrialización de la economía española. El comportamiento por subsectores ha sido muy dispar, con incremento superior al 60% en la fabricación de equipos de telecomunicación y grandes descensos en las fibras duras y minería.

El índice de producción industrial aumentó el 5,2%, en diciembre. Esto arroja un promedio anual del 4,7%. Su perfil ha sido irregular en los cuatro trimestres. Pero si se eliminan las diferencias de calendario laboral se observa una aceleración sostenida: 2,9% en el primer trimestre, 4% en el segundo, 5,3% en el tercero y casi 5,5% en el tercero.Con esta curva ascendente, la industria se ha despegado de la trayectoria seguida durante 1986 por la Comunidad Europea (CE), donde la expansión del período 1984-1985 había sido notablemente mayor. El sector creció el pasado año en la CE poco más del 1,5%, aunque en el último trimestre aceleró su ritmo hasta el 2,5%, según los datos de Eurostat. En esta última fase la industria norteamericana y japonesa también ha crecido a más del 5%, aunque su promedio anual habrá quedado en tomo al 4%.

Los precios industriales españoles han seguido una misma línea de aceleración: descendieron un 0,3% en el primer trimestre, según el INE, para luego subir el 0,2% en el segundo, 1,3% en el tercero y 1,9% en el cuarto, al cerrar diciembre con un incremento del 2,4% sobre igual mes de 1986. De ahí que, entre aumento de precios y de producción física, los expertos consideren que el valor añadido generado por la industria -cuyos consumos se han beneficiado de una congelación de los precios de la energía y de importación- quizá haya crecido más del 8% en términos nominales, rebasando los nueve billones de pesetas.

Si el incremento real del valor añadido industrial ha crecido más del 5%, la tasa apuntada para el producto interior bruto (PIB), se habrá vuelto a frenar el proceso de desindustrialización registrado durante la reciente crisis económica. Tanto en unidades físicas como en precios, los principales avances se han dado en los bienes de equipo o de inversión. Las tasas de incremento de éstos (15,6% en unidades físicas y algo más del 5% en precios) han duplicado las correspondientes a los productos de consumo (6% y 3%, respectivamente).

Por subsectores, la mejora de la actividad industrial ha sido aún más dispar que el año anterior, como puede observarse en el cuadro adjunto.

De manera más desgregada, las ramas con mayores aumentos de producción física han sido en 1987 la fabricación de aparatos y equipo de telecomunicación (61,2%), relojes (40%), conservas de pescado y productos marinos (38%), bicicletas y motocicletas (30%), instrumentos precisos de medida y control (23%), hilos y cables eléctricos (22%), material ferroviario (21%), grandes depósitos y calderas (18%), fabricación y aceite de oliva (16%) y máquinas para trabajar los metales, la madera y el corcho (15 %).

Por el contrario, las ramas con mayores retrocesos han sido la industria de las fibras duras y mezclas (51 %), la minería metálica no férrea (37%), fluorita (32%), hierro (24%), piritas y azufre (16%), contadores eléctricos (14%) y productos de corcho (12%).

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