Cristina Alberdi reprocha a la justicia estimar los malos tratos a mujeres como temas privados
Cristina Alberdi, vocal del Consejo General del Poder Judicial, resaltó ayer en el Senado la "tendencia de la justicia a considerar los malos tratos a las mujeres como temas privados", al igual que se da en el resto de la sociedad. Alberdi, que compareció ante la comisión de malos tratos de la mujer, abogó por la modificación de las leyes de forma que la reincidencia de este tipo de violencia signifique un agravante y se pongan los medios para que los casos de separación, muchas veces motivados por esta causa, se tramiten con mayor celeridad."El problema más difícil que tenemos es el de cambiar la mentalidad. Esto tardará, pero, al menos, se puede ir modificando la organización judicial de manera que suponga una tutela efectiva para la mujer", dijo Cristina Alberdi.
La consejera del Poder Judicial propuso como solución al problema del incumplimiento de las sentencias en las que se asignan cantidades a abonar en concepto de alimentos en casos de separación, la creación de un fondo de pensiones para que el Estado adelante esos pagos y luego se convierta en acreedor de estos maridos morosos. Esta tesis fue defendida recientemente en el Congreso por el diputado del Partido Demócrata Popular (PDP) Íñigo Cavero y fue rechazada por el Grupo Socialista.
"La respuesta judicial deja mucho que desear cuando una mujer maltratada pide la separación". Según la consejera, el primer problema es que las mujeres víctimas de esta violencia sólo trabajan dentro del hogar, por lo que no tienen medios económicos para contratar a abogados privados y tienen que acudir al turno de oficio. "El funcionamiento de ese turno es todavía muy deficiente".
Por otro lado, la excesiva lentitud de las medidas previas a la separación, que se dilatan más de tres meses, hace que se retarde la asignación de las pensiones para los alimentos de los hijos e impide que la mujer pueda ocupar el domicilio conyugal. Se da el caso habitual de que el marido no deja la casa. Las recientemente creadas casas-refugio están pensadas para que estas mujeres permanezcan tres meses, contando con el supuesto de que tras ese plazo la justicia ya habrá tomado las medidas necesarias; pero el problema viene cuando no es así y la mujer queda en absoluto desamparo.
Cristina Alberdi relató finalmente las dificultades para que los malos tratos fueran considerados como falta o delito, ya que no hay testigos que aseguren que las lesiones producidas lo hayan sido por el marido. El resultado es que "un porcentaje muy elevado de las sentencias son absolutorias".
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