El Comité de Apelación no salvó al Madrid

Eduardo Torres Dulce, socio del Real Madrid, pasó ayer por un mal trago. Desde su asiento en la grada del Bernabeu debió maldecir la hora en que quedó marcado en su otro trabajo, el de presidente del Comité de Apelación. Porque Torres Dulce no podía suponer que al levantar el castigo de un partido a Hugo Sánchez estaba provocando a los dioses del fútbol. La venganza fue terrible. La Real Sociedad, que ganó en Atocha por 1 a 0, no sólo eliminó al Madrid de la Copa, sino que además lo hizo con una goleada espectacular para Jugar la final ante el Barcelona.Los dioses del fútbol comenzaron su trabajo de boicoteo cuando se estropeó el autobús del Madrid y los jugadores tuvieron que trasladarse: al Bernabéu en taxi. Siguieron ejerciendo sus influjos negativos en la primera parte, en la que el Madrid desperdició varias oportunidades clarísimas de gol. "Y concluyeron su labor de la mano de Leo Beenhakker, el técnico del Madrid, que se equivocó radicalmente en su planteamiento de emergencia, cuando su equipo perdía por 0-1, favoreciendo la goleada final. La presencia de Hugo Sánchez, el centro de la discordia, fue realmente simbólica.

El Madrid malgastó sus fuerzas en la primera parte. Y lo hizo sin la tensión que exige una competición como la Copa del Rey. La Real Sociedad organizó una tela de araña que, sin embargo, mostró muchos agujeros en los primeros 45 minutos. Larrañaga jugó como hombre libre, por detrás de los centrales Górriz y Gajate; López Recarte se ocupaba de Gordillo y Uría de Michel, mientras Bakero I cerraba el paso a Martín Vázquez o Jankovic cuando subían el balón. La teoría era buena, pero en la práctica Uría fue un coladero, y el centro del campo donostiarra, muy nervioso, falló continuamente en la construcción de las jugadas. Michel, frotándose imaginariamente las manos, se hartó de correr su banda superando a Uría. Por ahí llegaron las múltiples ocasiones del Madrid. Butragueño (m. 12) y Hugo Sánchez (m. 18) no llegaron al remate en pases de la muerte de Michel. Más tarde, Butragueño, que dribló a tres jugadores, falló en el remate (m. 23), y Michel (m.41) lanzó fuera un balón claro. Algoraro estaba pasando en el Bernabeu, porque el Madrid no es un equipo que desaproveche tantas oportunidades.

El primer fallo de Beenhakker llegó en el descanso. En un partido que se había convertido en un duelo estratégico, colocó a Llorente por Martín Vázquez. Pero Llorente se situó en la izquierda, donde López Recarte estaba bien asentado, y la opción de Michel se diluyó por completo. Todos los ataques madridistas se dirigían por la izquierda. Fue entonces cuando llegó el primer gol de la Real Sociedad, que situaba la ventaja global del equipo vasco en un difícil 0-2.

Beenhakker cambió inmediatamente (m. 62) a Santillana por Jankovic -que sigue lejos de su mejor forma-, y no se dio cuenta de que estaba optando por el suicidio rápido. Sólo con Michel, en la derecha, y Gordillo, en la izquierda, el Madrid se quedó sin centro del campo, confiando todos sus recursos a la hora de subir balones a la furia de Sanchis. La Real Só-ciedad, con una fuerza física espectacular, comenzó a arrasar. López Recarte, Zamora, Bakero II y Beguiristain se escapaban cuando y como querían, sin encontrar ningún freno hasta llegar a la desesperada zona defensiva madridista. Llegó un gol (m. 64) y luego otro (m. 65).

La faena quedó rematada con un cuarto gol de gran belleza de Bakero II (m.71), que hará subir aún más la cotización del jugador vasco. Beenhakker había quemado sus naves antes de la derrota definitiva, y los últimos 20 minutos fueron un auténtico paseo de la Real Sociedad ante un Madrid falto hasta de su habitual furia.

Eduardo Torres Dulce debió abandonar el estadio antes del pitido final.