Nicolás Sartorius: "Estoy dispuesto a estar en la presidencia de izquierda Unida"
El dirigente comunista es partidario de una dirección colegiada de la coalición
Nicolás Sartorius está dispuesto a encabezar "colegiadamente" Izquierda Unida (IU). A la vez que afirma sentir "gran aprecio personal y político" por Julio Anguita, este veterano dirigente comunista resalta en esta entrevista con EL PAÍS una advertencia que le hizo el a fallecido Enrico Berlinguer, que fue secretario general del Partido Comunista Italiano, para quien las claves del éxito de un partido eran que enarbole ideas correctas, trabaje en la sociedad y forme sólidos equipos colectivos de dirección. A su juicio, es bueno y necesario que en el futuro IU llegue a "encuentros" con los socialistas.
Pregunta. ¿Qué razones personales son esas que usted aduce para rechazar su candidatura a la secretaría general del PCE y que pesan más que las peticiones hechas por sus compañeros?Respuesta. En efecto, yo he dejado claro desde hace tiempo que no soy candidato a la secretaría general del PCE. Hace cinco años hice una opción en mi vida, en el sentido de dejar de ser un profesional de la política para dedicarme a mi trabajo profesional de abogado, compatibizándolo con mi actividad política como ciudadano, en el PCE, en el Parlamento... Entiendo que la secretaría general del PCE supone una dedicación exclusiva y, en mi caso, volver de nuevo a la profesionalidad política, a la que he dedicado 25 años de mi vida. Creo que es legítima la opción que tengo en este momento y que debe ser respetada.
Considero que a una persona que lleva 25 años en la política, de ellos siete en la cárcel, quince en la máxima dirección de Comisiones Obreras y ocho de vicesecretario del PCE, acusarla de que no se moja sería injusto y poco sensato. Máxime si se tiene en cuenta que desde el principio he manifestado mi disponibilidad a estar en el máximo órgano del PCE y de Izquierda Unida y ser portavoz en el Parlamento.
P. Si la política que apruebe el Congreso del PCE es de su agrado y los demás integrantes de IU se ponen de acuerdo en que usted sea su máximo representante, ¿aceptará convertirse en presidente de Izquierda Unida o en su candidato a presidente del Gobierno?
R. Entiendo que el tema de la dirección de Izquierda Unida debe resolverse en el marco de la misma por respeto a los componentes de ella, aunque es lógico que el PCE tenga una propuesta en el momento adecuado. En ese marco, y si se entiende que es conveniente que asuma dentro de un colectivo de dirección una determinada responsabilidad, no me cerraría a ello, dejando claro que si hay otras personas más adecuadas en ningún caso sería yo un obstáculo, sino todo lo contrario. De hecho, pienso que hay esas personas más adecuadas.
P. ¿La figura de Julio Anguita suscita en usted los recelos que en términos generales suele manifestar hacia los liderazgos carismáticos?
R. No. Y, además, cualquiera que sea el secretario general que salga elegido en el XII Congreso, ya sea Anguita, Frutos u otro compañero, contará con mi más plena colaboración en el desarrollo de la política que hemos diseñado durante estos años y que se resume bien en el informe que Iglesias presenta al congreso. Yo tengo en gran aprecio personal y político a Julio Anguita y no recelo de él ni de ningún otro. En todo caso, y sobre este problema, me gustaría recordar una cosa que me dijo Berlinguer en una ocasión: lo importante para que un partido tenga éxito son las ideas correctas, el buen trabajo entre la gente y formar sólidos equipos colectivos de dirección. Si además hay uno o varios líderes, mejor que mejor. Pero lo importante es lo otro.
P. Ustedes han reprochado al PSOE haber celebrado un congreso de autocomplacencia. Pero ¿no corren el riesgo de que en el suyo el debate político quede también eclipsado, por la polémica sobre el liderazgo?
R. Ese riesgo existe, y lo lamento, porque siempre he creído que un partido serio primero debe tener un gran debate de ideas, de programas políticos y luego discutir sobre las personas Y no al revés. En cualquier caso, confío en que en el congreso discutamos de política, de cómo solucionar los problemas de los es pañoles y después elegir a la nueva dirección sin dramatismo y con madurez.
P. ¿Cuál considera usted que debe ser la actitud del PCE ante el Gobierno y los socialistas?
R. Respecto al Gobierno, mi opinión es que debemos hacer una política de oposición neta, ofreciendo alternativas y no cayendo en radicalismos estériles. Esa es la actitud que venimos manteniendo en las instituciones. La política del Gobierno está claramente derechizada, y de forma superlativa, en el terreno económico-social. Respecto al Partido Socialista, para mí lo importante no es tener más fuerza para que tenga que contar con nosotros, sino el tener más fuerza para cambiar la sociedad.
Dicho esto, y siendo muy crítico con la política actual del PSOE, creo que sería prematuro y no riguroso declarar que el PSOE como tal, su base social, ha dejado de pertenecer al campo de la izquierda. De cara al futuro, a Izquierda Unida no se la puede contemplar como única componente de la izquierda, sino que es bueno y necesario que llegue a encuentros con los socialistas.
P. ¿Comparte la opinión de que es prioritario el proceso de reunificación con el partido de Ignacio Gallego y secundario el acercamiento al grupo que encabeza Santiago Carrillo?
R. Yo creo que sería bueno que se llegase a hacer la unidad de todos los comunistas en el PCE antes de que finalice el año 1988. Es lógico que con el partido con el que se comparte la estrategia, la política sindical y el programa electoral de IU las cosas vayan más deprisa que con otra formación que no comparte estos criterios. Pero la gente espera y desea que al fin y a la postre, y lo antes posible, todos nos unamos en el PCE.
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