PCE carece de candidato a secretario general 72 horas antes de comenzar su congreso
JOAQUÍN PRiETO El PCE carece de candidato definido a secretario general 72 horas antes del comienzo de su 12º congreso, el día 19. Un estrecho colaborador de Gerardo Iglesias confirmó ayer que éste continúa decidido a retirarse, mientras que el sindicato de apoyos a Julio Anguita ha resultado más débil de lo que se creía, sobre todo por la falta de apoyo del aparato andaluz a la marcha de su líder. El problema de la dirección permanece abierto, aunque la situación es fluida y existe un hervidero de contactos entre partidarios de distintas soluciones.
Si Anguita no está dispuesto a aceptar la secretaría general, los demás notables del partido no se muestran más dispuestos que él. Gerardo Iglesias tiene decidido su regreso a la política asturiana y no va a oponerse a candidato alguno, pero tampoco facilitará la sucesión, según confirmaba ayer uno de sus más estrechos colaboradores. Esta persona, muy próxima a Iglesias, resaltó también "la dignidad" con que el todavía secretario general se despide del cargo.A su vez, Nicolás Sartorius mantiene una negativa rotunda a ocupar la secretaría general, por razones personales. Y Francisco Frutos tampoco cuenta con apoyos bastantes. En esta tesitura, "cualquier solución puede ser posible", afirman distintos cuadros comunistas. Uno de ellos se remite a recientes manifestaciones del secretario general de la organización andaluza, Felipe Alcaraz, en el sentido de que el PCE tiene "hasta 100 candidatos: todos los miembros del Comité Central pueden serlo".
A falta de secretario general, la elección del nuevo Comité Central -que ha de designar a aquel- se configura, en estos momentos, como la cuestión principal del Congreso. El procedimiento consiste en el voto de los delegados a una lista de personas, que ha de presentar la comisión de candidaturas.
Ésta última tiene miembros ya designados, como Francisco Palero y Francisco Romero Marín -miembros destacados del aparato central- y será completada con los representantes de las federaciones, elegidos en función del peso de cada una de ellas en el partido. El criterio del Partido Comunista de Andalucía (PCA) vuelve a ser decisivo, ya que su militancia representa casi la cuarta parte del PCE.
Mientras tanto, las delegaciones que acudirán al 12º Congreso por Madrid y por el PSUC preparan una contraofensiva a favor de Anguita. La delegación madrileña libró anoche una batalla sobre las personas que deben representar a Madrid en la comisión de candidaturas, que finalizó con la victoria de las tesis del comité regional, partidario del dirigente andaluz. En la votación quedó en ,clara minoría la lista defendida por el presidente de CC OO, Marcelino Camacho.
Diseño roto
Planteadas así las cosas, el 12º Congreso comunista ha sufrido un vuelco espectacular. El diseño congresual, realizado por la dirección saliente, incluía el mantenimiento de Iglesias como secretario general. Ahora que Iglesias se retira, sin un candidato perfilado a la sucesión, las cuestiones de programa pueden ceder ante el problema de la dirección.
El plan de la dirección saliente comenzó a saltar por los aires con la dimisión de Enrique Curiel, en diciembre pasado. El 9 de enero, Iglesias tenía tomada la decisión de dimitir. Después abrió el período de consultas para buscar un candidato a la dirección, y fue cuando propuso, sucesivamente, a Nicolás Sartorius y a Anguita. Ninguno de los dos aceptó y el secretario general de Andalucía, Felipe Alcaraz, sugirió el nombre de Frutos, lo cual fue apoyado por Camacho y otros.
Este supuesto consenso se rompió en pocos días. El 9 de febrero, Iglesias almorzó con Anguita y le invitó de nuevo a aceptar la secretaría general del PCE. Anguita se negó otra vez. Esa noche, Anguita cenó con Rafael Ribó, secretario general del. PSUC, quien le presionó para que aceptara.
Al día siguiente, durante la sesión del Comité Central del PCE, otros dirigentes sumaron su apoyo al nombre de Anguita, entre ellos el veterano Simón Sánchez Montero. El dirigente andaluz, para sorpresa del propio Iglesias, aceptó "dejar la puerta abierta" a la posibilidad de convertirse en secretario general. Después, Anguita volvió a Andalucía y comenzaron las presiones en sentido contrario.
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