El acercamiento entre KIO y Escondrillas desbloquea la solución de la crisis financiera de Explosivos Río Tinto
La prolongada batalla abierta entre accionistas y gestores por el control de Explosivos Río Tinto (ERT) entró ayer en una nueva fase tras la prolongada reunión entre las partes mantenida hasta última hora de ayer en Barcelona. El encuentro terminó, una vez más, en la convocatoria a una nueva cita, pero ha permitido un avance sustancial en el acercamiento de ambas posturas, de acuerdo con fuentes próximas a la negociación, lo que abre nuevas expectativas para desbloquear la crisis financiera que viene atravesando la empresa química.El acercamiento entre accionistas y gestores permitirá trabajar conjuntamente en este sentido, que ha pasado a ser el problema fundamental de la empresa y que ha venido siendo relegado como consecuencia de la abierta desavenencia entre la minoría de control de la sociedad y su presidente.
Los responsables de la minoría de control de ERT, estructurada en tomo a las filiales de la Kuwait Investment Office (KIO) -Torras Hostench y Cros- han solicitado del presidente de la empresa, José María Escondrillas, una actitud de mayor cooperación, ante la imposibilidad de que éste continúe realizando una gestión hostil tras la celebración de una junta general de accionistas. Los detalles del acuerdo, no obstante, serán rematados en un nuevo encuentro, la próxima semana.
Mayoría absoluta
Torras-KIO-Cros, que cuenta desde finales del pasado mes de enero con los derechos políticos del capital de ERT en manos de la banca acreedora (alrededor del 22%), ha renunciado en principio a la posibilidad de convocar una junta general extraordinaria para forzar la salida del presidente de la empresa, optando por negociar con éste una "salida honorable" que no supusiera necesariamente su desvinculación con la sociedad, siempre que se plantee de forma inmediata.
El punto final a la batalla en el seno de Explosivos, que ha vuelto a llevar a la empresa química a una delicada situación financiera, supondrá por otra parte el espaldarazo al plan diseñado por Torras-KIO-Cros para hacer frente a la deuda de la sociedad química.
Los compromisos de Explosivos con la banca acreedora alcanzan los 40.500 millones de pesetas en el capítulo de créditos participativos y acciones preferentes y a 25.600 millones en el capítulo de créditos ordinarios cifrados en distintas monedas.
El nuevo menú de devolución de la deuda contempla una clausula suspensiva que recoge la condición de que Torras-Cros pueda ejercer los derechos políticos que le otorga su participación accionarial y asumir la gestión efectiva de ERT y fue remitida a finales del pasado mes de enero a la banca acreedora, y cuenta con su visto bueno.
La oferta reitera las condiciones ya ofrecidas por Torras-KIO-Cros a las instituciones acreedoras y prevé la obligación de formalizar los compromisos adquiridos en un plazo de tres meses, a contar desde la toma de control efectiva de ERT y a aportar un préstamo de 15.600 millones de pesetas para asegurar la necesaria liquidez en las operaciones de cancelación o amortización de la deuda.
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