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La presa de Bellús no será un nuevo Riaño

Reforma del proyecto para evitar el traslado de municipios

La Confederación Hidrográfica del Júcar ha decidido hacer varias reformas en el proyecto inicial de la presa de Bellús, cuyas obras comenzarán este mismo año, junto con las de Tous y Escalona, para reducir los perjuicios que ocasionará a los habitantes de 11 pueblos de la comarca valenciana de La Vall d'Albaida. Entre los efectos que se pretenden evitar figura el traslado de los municipios de Benisuera, Sempere y Guadasequies. A pesar de todo, las propiedades que finalmente sean expropiadas determinarán si estas localidades permanecen en su actual ubicación.

La presa de Bellús está presupuestada en algo más de 2.552 millones de pesetas y se estima que su construcción finalizará en 1991. Conforma, junto con las de Tous y Escalona, el denominado Plan General de Defensas contra las avenidas del río Júcar. Los tres proyectos constituyen el sistema de regulación y laminación de la cuenca del Júcar, en el tramo del río que va desde aguas abajo del embalse de Alarcón hasta su desembocadura en el mar. La de Bellús, actualmente en fase de estudio de las alegaciones presentadas tras la exposición pública del proyecto, afecta a 11 localidades de escasa población.Los alcaldes de los municipios sobre los que tendrán consecuencias las expropiaciones no se oponen a la construcción de la presa, aunque sí solicitan compensaciones por los perjucios que conlleva la ejecución del proyecto.

Tras un primer estudio del proyecto y de las expropiaciones, aún por ejecutarse, los ayuntamientos de la zona dedujeron que tres de las poblaciones afectadas tendrían que ser trasladadas a un nuevo emplazamiento. Se trata de Guadasequies (350 habitantes), Sempere (48 habitantes) y Benisuera (214 habitantes).

Los ayuntamientos de estas tres poblaciones reclaman que, llegado el caso, la construcción del nuevo municipio se realice antes de que los vecinos tengan que abandonar sus actuales residencias.

El presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar, José Carles Genovés, afirma que entre las consecuencias directas de la construcción de la presa no figura el traslado de poblaciones, si bien precisa que se trata de una cuestión que los afectados tienen que decidir a la vista de cómo se desarrolle el proceso expropiatorio. Genovés señala que el proyecto inicial ha sido sometido a una serie de reformas para reducir los perjuicios que pueda provocar en la zona una obra de esta envergadura.

En cualquier caso, los cambios que se efectúen sobre el proyecto en ningún caso significarán, según Genovés, una reducción en el volumen, superficie de la cuenca o aportación media anual.

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