Muere un joven apuñalado por unos desconocidos junto a la calle de Orense
Antonio Cifuentes, de 16 años, murió apuñalado el sábado por la tarde cuando se encontraba con un grupo de amigos en la plaza de Picasso, a la altura del número 16 de la calle de Orense. Según la policía, Cifuentes se enzarzó en una reyerta al negarse a dar un cigarrillo a dos desconocidos. Los padres sostienen que el móvil fue el robo y que a su hijo le desapareció la cartera. Vecinos y comerciantes se quejaron ayer del clima de inseguridad de la zona.
La muerte de Cifuentes se produce tres días después de que fuera asesinato a tiros el comisario del policía Gregorio García, de 57 años, junto al número 60 de la misma calle de Orense. La psicosis de inseguridad se ha apoderado de los vecinos y comerciantes de la calle, que se quejan de la falta de vigilancia policial en el barrio.Antonio Cifuentes Alfaro se encontraba, a las ocho de la tarde del sábado, sentado en un banco de la plaza de Picasso, en el complejo Azca, en compañía de otros cuatro jóvenes. Segán el testimonio prestado por uno de éstos a la policía, el grupo acababa de tener una discusión con otros jóvenes en los bajos de Azca, un lugar atiborrado de locales nocturnos.
Dos jóvenes de unos 18 años, que nada tenían que ver con los que protagonizaron la discusión momentos antes, se acercaron a Antonio Cifuentes y le pidieron un cigarrillo, a lo que éste respondió que no tenía. Comenzó entonces una confusa discusión que acabó en un intercambio de golpes.
Uno de los amigos de Cifuentes intentó terciar en la discusión, pero los desconocidos se dieron a la fuga. El compañero descubrió, asustado, una enorme mancha de sangre en el jersei de Antonio. Había recibido una puñalada que le perforó el costado izquierdo a la altura del corazón. Le trasladaron hasta la calle de Orense y allí cogieron un coche de la Policía Municipal que se encontraba siguiendo el desfile de carnavales. Según informó la Jefatura Superior de Policía, Antonio Cifuentes ingresó ya cadáver en la ciudad sanitaria La Paz.
Cinco horas después
El padre del joven, Alberto Cifuentes, de 37 años, afirmó ayer que la familia no recibió el aviso de la muerte de su hijo hasta la una de la madrugada. "El chico salió de casa a las seis y media de la tarde y la policía no nos avisó hasta la una de la madrugada, casi cinco horas después de que le mataran". La familia, que no acababa de creerse ayer la noticia del fallecimiento de su hijo, está convencida de que el móvil del asesinato fue el robo. Alberto Cifuentes señaló que a su hijo le faltaba la cartera con su documentación y una cantidad indeterminada de dinero. La policía no pudo confirmar ayer este extremo.Antonio Cifuentes vivía con sus padres en la calle de la Ebanistería, 17, en el distrito de San Blas. Antonio, que dejó sus estudios de formación profesional y trabajaba desde hace un año en la agencia de publicidad Arge, frecuentaba los locales nocturnos de la calle de Orense con compañeros del barrio.
Según sus padres, nunca antes se había visto envuelto en reyertas ni incidentes similares. Tanto los familares como los compañeros de trabajo que acudieron ayer al Instituto Anatómico Forense coincidieron en destacar la "seriedad" y el "comportamiento formidable" del chico. Antonio era el mayor de dos hijos. Las únicas pistas con que cuenta la policía son las descripciones físicas de los desconocidos y los testimonios un tanto confusos de los compañeros de Antonio. Los agresores fueron dos jóvenes de unos 17 o 18 años.
Vecinos y comerciantes de la calle de Orense no cesaban de quejarse ayer de la inseguridad de la zona de Azca. Según el portero de una de las fincas que da a la plaza de Picasso, una especie de isla en medio de un laberinto de pasos subterráneos, los delitos comunes están a la orden del día. Robos, violaciones y vandalismo por parte de grupos de jóvenes son los incidentes más habituales.
"Llevo trabajando aquí desde abril y he visto a la policía patrullando por la plaza no más de cuatro veces", afirmó. El portero señaló, sin embargo, que los agentes se han dejado ver más frecuentemente desde el asesinato del comisario Gregorio García. La policía no ha podido dar aún con los presuntos autores de la muerte a tiros del comisario Goyo.
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