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EL DISPARO DE SALIDA HACIA LA CASA BLANCA

Bush también perdió Madrid

Los delegados se deciden en el ambiente familiar de las cocinas

Francisco G. Basterra

George Bush también perdió en Madrid, un pueblo de 2.000 habitantes a 35 kilómetros al norte de Des Moines, bautizado así por un audaz español que el siglo pasado dio un golpe de mano para cambiarle su antiguo nombre: Swede Point. Cuando el presidente del caucus republicano celebrado en la escuela superior local contó los votos de los 133 electores, Dole tenía 55; Robertson, 34, y Bush, 25. En la cancha escolar, los Tigres de Madrid derrotaban en un partido de baloncesto a la escuela rival de Cedar Valley.

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La elite republicana local, antes de recogerse para seguir la no che electoral por televisión, aseguraba: "Dole es del Estado vecino, ofrece liderazgo y sabe en tender nuestros problemas, y Robertson ha sabido movilizar a las iglesias y muestra la in fluencia de los fanáticos religiosos".Tres kilómetros más allá, 36 votantes demócratas ofrecían un ejemplo de auténtica demo cracia vecinal en el caucus de la escuela primaria del pueblo. Al calor de unos termos de café y unas pastas caseras de almen dras, votaron en primer lugar una resolución antinuelear y pa saron un sobre para recoger di nero para la campaña del partido. El escenario: la cocina y una clase de la escuela.

A las 7.30 comenzaron a reunirse en grupos para manifestar sus preferencias: los de Gephardt, junto a la ventana; enfrente, los de Simon; los de Dukakis, junto a la cocina; los de Jackson, en el centro de la habitación; los de Babbitt, al lado de la nevera; los de Gore, al fondo, y los de Hart, en una esquina. Sólo Gephardt, Simon y Jackson consiguieron grupos viables, esto es, con al menos un 15% de los asistentes.

Y comenzó un apasionante chalaneo en el que los viables trataron de atraer a su campo a los que no tenían seis personas en su grupo. Un Reagan jóven sonreía desde un calendario en la pared. Haciendo chistes y en un ambiente muy familiar, se desató una discusión sobre si Estados Unidos está o no preparado para elegir a un presidente negro. "Esto no ocurrirá ni en 30 años. Será triste pero es el color de la piel lo que importa", admitió un votante de Gephardt. Finalmente, los de Dukakis se sumaron al grupo de Jackson, y uno a Gephardt, y los de Gore se unieron a Simon. Éste consiguió nueve votos y dos delegados para la convención demócrata del condado (partido judicial), el 26 de marzo, y dos también cada uno, Gephardt y Jackson, con 14 y 13 votos, respectivamente.

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