AP convoca una convención el 6 de marzo para mejorar su imagen pública

Alianza Popular (AP) celebrará el próximo 6 de marzo una convención nacional de todos sus cargos nacionales, autonómicos y locales coincidiendo con el primer año de presidencia de Antonio Hernández Mancha, y con el objetivo principal de ofrecer la imagen de una fuerza política "con poder real" ante la percepción de que el partido conservador ha perdido "presencia" en estos últimos meses, según explicaron dirigentes del partido. Al propio tiempo, los sectores más descontentos de la formación conservadora aseguran que no hay "una disidencia organizada, aunque los mimbres están puestos y se pueden trabar en cualquier momento".Las principales críticas de estos sectores se dirigen hacia el secretario general, Arturo García Tizón, y hacia el responsable de organización territorial, Gonzalo Robles.

Numerosos miembros de la dirección de AP y algunos militantes críticos del partido consultados por este periódico coinciden en señalar la falta de presencia del partido en la vida nacional, así como la imagen "un tanto diluida del mismo". También están de acuerdo en que este deterioro de la imagen de AP no lleva, por el momento, a una pérdida de votos, según sus propios sondeos.

Fuentes de la dirección del partido no ocultan que la convención de marzo tiene un objetivo propagandístico de cara la opinión pública. "Van a estar todos los dirigentes del partido, cargos electos, los presidentes de cuatro comunidades autónomas, y con ello esperamos que se aprecie a Alianza Popular como un partido con poder real, que está imbricado en todas las estructuras del Estado", afirmó un dirigente aliancista, no sin reconocer que en estos momentos "la sensación es que no se está presente". Su pertenencia al aparato de dirección le lleva a decir convencido que "la imagen externa es muy mala, pero internamente las cosas no están mal".

Al repasar el capítulo de problemas internos destacó la situación "explosiva" que vive el partido en Aragón y en la Comunidad Valenciana, y que en estos casos sí puede tener una proyección electoral hasta el punto de reconocer que AP seguirá sufriendo paulatinos retrocesos en favor del Partido Aragonés Regionalista, ya en el poder, y de Unión Valenciana.

Congreso dentro de un año

Después del golpe de efecto que pretende ser la convención de marzo, AP vivirá un año sin debates globales toda vez que la dirección no tiene previsto convocar su noveno congreso hasta febrero de 1989, a pesar de que ya algunos dirigentes provinciales están manifestando la necesidad de adelantarlo. Para acallar las críticas de ausencia de debate, la dirección considera la posibilidad de que en la convención del próximo mes se discuta una ponencia de estrategia para el partido. Los sectores críticos de AP comentan un cierto acoso de la dirección hacia los seguidores de Miguel Herrero.