_
_
_
_

Dos niños de 9 y 12 años atropellan a tres peatones con un coche robado

Amelia Castilla

Dos niños de 9 y 12 años fueron detenidos el lunes por la policía poco después de que el vehículo en el que viajaban atropellara a tres peatones y colisionara contra la valla de un colegio. De las tres personas que resultaron lesionadas, sólo una mujer, de 26 años, y su hijo, de uno, permanecían ayer ingresados en el hospital Primero de Octubre. Los niños permanecen con sus padres mientras el Tribunal Tutelar de Menores decide sobre su situación.

El automóvil había sido robado 24 horas antes en el paseo del Pintor Rosales, en el distrito de Argüelles. Fuentes policiales especularon ayer con la posibilidad de que los autores del robo lo dejaran abandonado cerca de donde viven los niños y que éstos lo cogieran para dar una vuelta por la zona.Alrededor de las 13.15 horas del lunes, una patrulla de la policía detectó, en la madrileña calle de Armengol, un Opel Kadett que iba conducido por un niño al que acompañaba otro pequeño.

Los agentes intentaron detener a los ocupantes del vehículo, pero los pequeños aceleraron la marcha.

En ese momento se inició una persecución, que se prolongó hasta el distrito de Los Cármenes. Al llegar al paseo de los Olivos, el Opel Kadett golpeó a tres personas que se disponían a cruzar la calle. Tras chocar contra un semáforo, el vehículo se estrelló contra la valla de un colegio. Según la versión policial de los hechos, los niños trataron de escapar a la carrera, pero fueron detenidos.

Los pequeños, cuyos nombres corresponden a las iniciales R. G. S. y S. U. F., no sufrieron lesión alguna. Los dos fueron trasladados en un primer momento a la comisaría de Los Cármenes. Al ser interrogados por los agentes, los menores "lo negaron todo". Según aseguraron los detenidos, ellos ni habían robado el vehículo ni lo condujeron en ningún momento. Los niños negaron también haber atropellado a ninguna persona.

Las diligencias sobre este incidente fueron remitidas al Tribunal Tutelar de Menores. Un portavoz de la Jefatura Superior de Policía aseguró, que los niños se encuentran bajo la custodia de sus padres mientras el Tribunal Tutelar de Menores decide sobre su situación.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Los lesionados son Tomás González, de 61 años, que resultó con heridas leves en una pierna; Concepción Berneses, de 26, que sufre contusiones en las piernas y región frontal, y su hijo Fernando, de un año, con múltiples traumatismos.

Sólo la madre y el niño permanecían ayer ingresados en el hospital Primero de Octubre. Un portavoz del citado centro médico aseguró que tanto la madre como el bebé evolucionaban con normalidad de sus heridas. La misma fuente precisó que las lesiones no revestían gravedad.

La ley del silencio

Los dos niños viven en la calle de Juan Julio Amor, en el distrito de Latina, dentro de un núcleo chabolista que se conoce como el Cerro de la Mica, ocupado en su mayor parte por personas de etnia gitana. Entre los habitantes del barrio imperaba ayer la ley del silencio.En medio de un goteo constante de jóvenes que se acercaban a comprar heroína por la zona, los vecinos negaron conocer el incidente protagonizado por los dos pequeños, y ninguna persona quiso facilitar la más mínima información sobre el paradero de sus familias. ¿Qué quieren, que acabemos a tiros por chivatos?", aseguró uno de los vecinos. "Lo único que puedo decir es que en este barrio la mayor parte de los niños no van a la escuela, y aquí aprenden antes a conducir que a leer".

En el Cerro de la Mica están censadas 231 familias. Las primeras chabolas crecieron sobre el barro hace más de 30 años, según datos facilitados por el Consorcio para el Realojamiento de Población Marginada. Este organismo, que ha censado a toda la población chabolista, se encarga también de controlar que no se produzcan nuevos asentamientos. Sólo se permite levantar nuevas construcciones a los hijos de los residentes que contraen matrimonio, según la misma fuente.

La ocupación laboral de casi todos los gitanos es la chatarrería y la venta ambulante. Las familias, en su mayor parte numerosas, ocupan viviendas cuya extensión no supera los 20 metros cuadrados.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_