Los españoles que se perdieron en el desierto confinúan en Mali
Jorge Juste y Horacio Sáinz, los dos españoles participantes en el rally París-Dakar que se perdieron en Mali, permanecían ayer en la capital, Bamako, a la espera de encontrar la manera de llegar a Dakar y emprender el viaje de regreso a España. Ambos pilotos, junto con Sirio Sáinz, miembro del equipo de ayuda, coincidieron en Bamako con otros participantes españoles en el rally que rompieron sus coches y también esperaban poder continuar el regreso.Juste y Sáinz, según comunicaron a la esposa y a la hermana del primero, que aguardan su llegada en Dakar, se encuentran en buen estado físico. Hasta el domingo, no lograron llegar a Bamako desde Tombuctu, lugar más próximo a donde se perdieron y al que regresaron después para recuperar el vehículo.
María Menchaca, esposa de Jorge Juste, fue quien animó a la hermana de éste, Bibiana, a recibirle en Dakar "para darle la sorpresa de que nos viera en la meta". Ambas viajaron a Senegal el pasado martes y en la escala de Las Palmas fue donde recibieron la noticia de que se encontraban perdidos. Desde entonces, y pese a que inmediatamente les fue comunicada la localización de Juste y Sáinz -el avión de reconocimiento había recibido las ondas de la radio baliza del coche-, no han podido estar tranquilas por las noticias contradictorias y confusas sobre su situación, del punto donde se encontraban desde que intentaron la recuperacion del coche. El embajador español en Senegal llegó a adelantar un rescate que no se había producido. Incluso el propio René Metge, responsable de la prueba, facilitó una información falsa en la que se aseguraba que el rescate ya se había producido, y que fue transmitida por Paco Peña, de Radio Nacional, que rectificó en un programa posterior en cuanto tuvo noticia de la realidad de la situación.
"Las primeras noches teníamos que tomar tranquilizantes para dormir", María y Bibiana dicen "ahora ya, con la ayuda de todos los españoles del rally que se han interesado por. nosotras, la situación es de más calma, pero la espera resulta angustiosa. Llevamos una semana aquí y nos parece que ha pasado un mes".
María Menchaca tiene tres hijos, de cinco y cuatro años, y otro de cuatro meses, que le repiten por teléfono: "Mamá, ¿cuándo nos traes a papá?". Horacio Sáinz aún no conoce a su segunda hija, que nació cuando estaba perdido.
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