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Un año de ansiedad

Terry Waite dejó instrucciones de que, si alguna vez era tomado como rehén, los encargados de su liberación no debían negociar. Fue una muestra de buen sentido práctico. La única razón que puede tener alguien para capturar rehenes es canjearlos. Hasta donde ha podido saberse, los deseos de Waite se han tenido en cuenta y no se ha hecho ninguna oferta para conseguir su liberación, lo cual socavaría el principio fundamental de que el pago de rescates sólo conduce a posteriores secuestros. Un año después, a pesar de todas las ilustraciones, ésta sigue siendo la política correcta.21 de enero

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