La banca acreedora apoyara accionarialmente con su 24% al grupo Torras-Cros en la disputa de ERT
La banca acreedora de Explosivos Río Tinto (ERT) parece dispuesta a mover sus peones en apoyo de las posiciones que Torras-Cros, participadas por el grupo KIO, mantienen en la vieja disputa con José María Escondrillas en ERT. La suma del paquete accionarial actualmente en poder de los bancos, estimado en cerca del 24% del capital de ERT, más el 35% que actualmente parece controlar ya Torras-KIO daría a la alianza el control del 59% del total. Tal alianza permitiría cobrar a los bancos. Aresbank otorgará el aval con el que Torras-KIO garantiza a los bancos el cobro de sus deudas.
Parodiando el conocido dicho amatorio, el embrollo ERT sigue hoy más confuso que ayer, pero menos que mañana. Y sin embargo, a finales de diciembre y primeros de enero se han producido importantes acontecimientos por ambas partes, lo que no impide que, a pesar de todo, la solución final siga siendo tan compleja como hace un mes. A finales del pasado año, Manuel Guasch, presidente de Fasa-Renault, consejero de Torras Hostench y embajador volante del grupo KIO ante el Gobierno socialista, visitó a los ministros Solchaga y Croissier con una misión bastante clara: averiguar de una vez por todas si los kuwaitíes pueden sentarse o no en el consejo de Explosivos.De estos contactos, el grupo Torras-KIO parece haber extraído la conclusión de que no existe impedimento oficial alguno para ello. La crisis Explosivos, según todos los indicios, debería resolverse definitivamente este mes de enero. Dado lo enconado de las posiciones entre la gerencia de ERT y Torras-KIO, la posición de los bancos se ha presentado siempre como decisiva para inclinar la balanza de uno u otro lado, pero aquéllos han venido siendo víctimas de una duda metódica sobre qué baraja jugar.
La autocartera
Torras viene trabajando desde hace meses este frente, y ahora podría al fin poder materializar algún progreso concreto. Los cambios más recientes se iniciaron el 30 de diciembre pasado, cuando Torras-Cros remitió a la banca su última oferta, garantizando el pago de los créditos participativos y deudas ordinarias con una aval bancario de primera fila por medio. La banca tomaba la autocartera de ERT (18% del capital social) en pago de los créditos participativos y se comprometía a vender a Torras la mitad de ese paquete en tres plazos y al 400%, mientras Torras se comprometía naturalmente a comprarlo. El resto de la deuda ordinaria era garantizado por Torras mediante un aval bancario "de primera fila".
Al día siguiente, 31 de diciembre, el comité bancario remitió a Torras su respuesta aceptando sus condiciones. Ambos documentos tienen una gran importancia como soporte documental, al abrir la puerta a la recuperación de los beneficios fiscales de que ERT gozaba para el año 1987 en caso de que llegara a un acuerdo con sus acreedores y que, aparentemente, ha perdido al no haber renegociado su deuda. Se trata de la bagatela de casi 20.000 millones de pesetas que la firma puede llevar a su balance como beneficios atípicos sin pagar impuestos, a cuenta de las pérdidas de 1982, año en que estalló su crisis. Torras se ha dirigido a la Inspección Fiscal del Ministerio de Hacienda pidiendo una manifestación expresa de que podrá acogerse a tales beneficios aunque la firma se materialice en enero, apelando a la existencia de ese acuerdo documentado de fin de año.
Aresbank, uno de los miembros del comité de acreedores bancarios de ERT, será precisamente quien extienda ese aval a Torras. Pero la institución hispano-árabe desea sindicar la garantía entre los restantes miembros del citado comité. En esta tarea se hallan ahora mismo las seis entidades que lo componen, con fundadas esperanzas de que llegarán a un acuerdo.
Si ello es así, el paso siguiente deberá consistir, normalmente antes de fin de mes, en que bancos y Torras-KIO se acerquen a ERT -que conoce perfectamente el cruce de documentos aludido- a darle cuenta de la nueva situación: el 24% del capital social en manos de los bancos, vía acciones preferentes, más el 35% en manos del duo Torras-Cros, arroja una mayoría de control en favor de una solución determinada, mayoría que se hace más evidente si se descuenta el citado 18% de autocartera. ¿Suficiente para que Torras-KIO se siente en el consejo de Explosivos Río Tinto? No, con casi total seguridad.
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