Ambiente indeciso en Wall Street
Los pronósticos sobre la trayectoria de los mercados de valores comienzan a ser tan complicados como los del tiempo, pues sólo cuando se ven las nubes en el horizonte se atreven los más lanzados a predecir la lluvia. El origen de los fenómenos que influyen en el mercado es tan ajeno a los inversores como caprichosos suelen ser los resultados, lo que redunda en el mantenimiento de la desconfianza, hasta ahora la variable que más pondera.En la mañana de ayer, la atención estaba centrada en el difícil pronóstico de las cifras del déficit comercial norteamericano, dividiéndose las opiniones entre los 20.000 y los 14.000 millones de dólares, lo cual da una idea del grado de desorientación que se registra en el mercado. Como contrapunto, queda el olvido en que ha caído la publicación, la próxima semana, del IPC de diciembre, que servirá para determinar las posibilidades, o la fiabilidad, de las previsiones para este ejercicio. Este dato, y la previsible baja de los tipos de interés, no parecen interesar mínimamente a los inversores ni influir en la evolución de las cotizaciones.
Mientras tanto, el nivel de la contratación tiende a estancarse en torno a los 6.000 millones de pesetas efectivas diarias, pues los poseedores de papel o de dinero no saben bien a qué atenerse. El grado de liquidez parece ser alto, pero nadie arriesga un duro en un mercado tan indeciso como el actual, al tiempo que el papel espera una posible subida de precios para salir a escena. Parece claro que los deseos del mercado pasan por una mejora de las cotizaciones, pero se necesita tener el ambiente a favor para intentarlo.
Las posiciones al cierre apenas intentaban variar los, resultados de la jornada, por lo que habrá que esperar a la tarde del viernes para saber si el mercado puede moverse en alguna dirección.
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