Inmanuel Jakobovits

Inmanuel Jakobovits, rabino jefe de las Congregaciones Hebreas Unidas de la Comunidad Británica, de Naciones, es el primer líder religioso judío que va a ocupar un escaño en la Cámara de los Lores. Su reciente ennoblecimiento por la primera ministra tiene algo que ver con la sintonía de sus respectivos valores morales, de extracción victoriana, aunque los puntos de vista del rabino, controvertidos en ocasiones, son escuchados con interés en las islas. Desde la Cámara de los Lores intentará arrojar luz sobre los costes de una sociedad demasiado permisiva.

Jakobovits, de 66 años, nariz poderosa, larga perilla blanca, mirada viva y solideo, es hoy por hoy en el Reino Unido uno de los más conocidos adalides de las llamadas virtudes tradicionales. La familia, el trabajo y la fe religiosa orientan al ser humano y sostienen a la sociedad. De ellos nace la fuerza para seguir viviendo y luchando por un mundo más digno, según él rabino, al que ya en 1981 se le concedió el tratamiento de sir.Él predica con el ejemplo. Padre de seis hijos y abuelo de 29 nietos, Jakobovits cree que el trabajo "tiene un valor intrínseco, no sólo porque nos ayuda a ganarnos la vida, sino porque a través de él pagamos nuestras deudas con la sociedad". Su entrega a la religión y a los principios de la Biblia es total, y lo manifiesta con una seguridad que tiñe de ironía y humor: "Soy un vendedor de antigüedades, y el valor de lo que vendo es que ha durado y ha resistido".

No es conocido por sus puntos de vista conservadores en política, aunque en ocasiones ha mantenido criterios concordantes con los de Thatcher, y de él puede decirse que orienta sus pronunciamientos en función del bien y del mal, sin concesiones. Toda condescendencia con la indisciplina moral es aborrecible. De ahí sus críticas a la campaña gubernamental para promocionar el uso de preservativos como alternativa al síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA).

Jakobovits, que tuvo que huir de la Alemania nazi junto con su familia, apoya a Israel, pero no a ojos cerrados. Sus críticas a las actuaciones del Gobierno de Jerusalén le han costado amenazas, como cuando desde Israel otro rabino llamó a los judíos a arrojar de entre nosotros a este peligroso hombre". La preocupación principal del nuevo lord, como cabeza de todas las ramas del judaísmo en el Reino Unido, es el estado de la comunidad hebrea británica, un grupo de unas 350.000 personas y no tantos Seles. Jakobovits cree que nuevos aires están insuflando el ánimo al judaísmo de las islas y que lo que pasa por decadencia sólo afecta a una minoría que empieza a ceder terreno ante una mayoría pujante y expansiva.

Fuera del ámbito judío, define lo que espera de su magisterio en la Cámara de los Lores: "Me gustaría hablar sobre educación y el bienestar social y sobre todo lo referido a valoresmorales".