Los problemas ajenos ganan la partida
Tal y como estaba previsto, los mercados de valores se han limitado en esta última sesión a seguir las pautas marcadas por la bolsa norteamericana, sin tener en cuenta si las motivaciones de aquel mercado son aplicables a éstos. De esta situación se puede deducir que la falta de expectativas continúa primando sobre cualquier otro criterio, y que tan bueno es subirse al carro de los vaivenes del dólar como apuntarse a la lista de espera de una coyuntura más favorable.El temor de los inversores hacia un mercado tan imprevisible como el actual se traduce en un descenso de la actividad y en unos planteamientos a muy corto plazo en las escasas ocasiones en que se hace alguno. Como tema de fondo queda esa especie de desdoblamiento del mercado a cargo del sector bancario, el único que cuenta en estos momentos con algunos seguidores, y ello a pesar de que también han dado a los inversores algún que otro susto.
Ayer fue el Popular el que se descolgó del grupo y cedió 60 enteros, lo que influyó decisivamente en el corto avance experimentado por el índice del grupo y en la baja del general, respectivamente. El resto de los grandes repitió sus cambios o mejoró sus posiciones.
El resto del mercado queda a merced del viento que sople cada mañana en el parqué, y en esta ocasión las rachas vendedoras se llevaron por delante unos cuantos enteros. Las bajas no han sido muy abultadas, aunque algunos de los valores de primera fila sufrieron un recorte mayor del previsto inicialmente.
Las posiciones al cierre no habían variado, trasladándose la atención a los rumores sobre las cifras del déficit comercial estadounidense, lo que indica que, en tanto no se den a conocer los datos, el riesgo es elevado, aunque tampoco faltan los optimistas.
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