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El director de la prisión de jóvenes denuncia las lesiones de un recluso

Amelia Castilla

Francisco Guerra, director del centro de detención de jóvenes de Carabanchel, denunció el pasado día 2 en el Juzgado de Guardia que un recluso que fue trasladado al hospital penitenciario con dolor de estómago regresó a la prisión con diversos hematomas y restos de sangre en la cara.

El recluso Juan Pedro Sánchez Blanco, de 21 años, fue trasladado alrededor de las cuatro horas del pasado día 1 al hospital penitenciario. El funcionario que le acompañó en el traslado, según la versión del director, se quedó en el vestíbulo esperandole mientras el preso era reconocido por el médico.

Unos 20 minutos después salió el interno con diversos hematomas. El recluso fue trasladado después al hospital Gregorio Marañón donde fue atendido de un hematoma en un ojo, golpes en el codo, una herida en la parte interna del brazo y fuertes golpes en la nariz. Al día siguiente el director del centro puso en conocimiento del juzgado de guardia los hechos para que se investigue si el recluso pudo ser objeto de malos tratos. "Es algo que no podemos pasar por alto", explicó el director. "El interno volvió a la prisión en peor estado que había salido y solicitamos que se aclare lo que sucedió en el hospital".

El interno acusa a dos funcionarios de haberle golpeado y los funcionarios alegan que el preso se golpeó voluntariamente contra la pared al negarse el médico que le reconoció a proporcionarle tranquilizantes.

Pastillas para dormir

El sacerdote Enrique de Castro aseguró en relación con este incidente que visitó al recluso en el centro de detención de jóvenes y que éste le explicó que "tras ser examinado por una doctora solicitó pastillas para dormir y no se las dieron. Cuando salió de la consulta dos funcionarios [uno del hospital y otro de la prisión provincial] comenzaron a reirse de él y éste les pidió que lo trataran con respeto. Como respuesta le dieron una patada en el estómago y varios puñetazos en la cara. Tras ser golpeado por los funcionarios el recluso se golpeó adrede la cabeza contra una pared".

Sánchez Blanco, que está internado en el centro de detención de jóvenes en situación de refugiado (protegido de los demas presos), quemó al día siguiente la celda de la prisión en la que estaba alojado. El interno, que está considerado como un hombre nervioso, había pedido varias veces que se le trasladara porque le molestaba el color rojo con el que están pintadas las paredes de la habitación.

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