Según Reagan, no hay signos de recesión en la economía de EE UU
Ronald Reagan, desoyendo los temores a una nueva crisis de los mercados financieros, defendió el déficit comercial de EE UU como algo lógico en una economía en fuerte crecimiento y aseguró que no ve signos de recesión. El presidente afirmó en Cleveland que Estados Unidos desea la "estabilidad" del dólar, aunque sin precisar a qué nivel, y declaró que el lunes negro de la Bolsa de Nueva York no tuvo nada que ver ni con el dólar ni con otros factores fuera del mercado de valores.Reagan dibujó un panorama económico muy optimista ante el City Club de Cleveland, mientras el resto del mundo seguía con inusitada atención el comportamiento de Wall Street por temor a una repetición del crash del pasado octubre. El presidente subrayó que todas las señales económicas en Estados Unidos son positivas y aseguró que este país está capacitado para conducir al resto del mundo a una "nueva era económica mundial", marcada por la cooperación internacional y por los "horizontes de crecimiento ilimitados".
Reagan disminuyó la importancia del déficit comercial norteamericano, "que no es necesariamente un síntoma de debilidad económica", y señaló que está compensado por la llegada a EE UU de inversión extranjera buscando la mayor estabilidad y las mejores oportunidades. "Históricamente, las economías que crecen rápidamemte tienen a menudo déficits comerciales. Este proceso, previsible y hasta cierto punto deseable, ha sido acentuado por el lento crecimiento en Europa y la necesidad del Tercer Mundo de conseguir superávit comerciales para pagar su deuda", explicó el presidente.
Reagan citó a la República Federal de Alemania y a México como ejemplos que originan el déficit norteamericano, "porque nuestra economía en crecimiento que es el motor que mueve la economía mundial, nos permite comprar sus productos". La solución, dijo, está en que el resto del mundo haga lo mismo que Estados Unidos: disminuir los impuestos, desregular la economía y estimular el comercio. Un informe hecho público ayer por las Naciones Unidas preve un 1988 precario e inestable en el que la economía mundial puede sufrir una recesión.
El anuncio de un déficit de 17.600 millones de dólares en octubre fue el primer factor desencadenante del mayor crash de la historia de la Bolsa de Nueva York. El anuncio de unos números rojos muy elevados- considerados como muy probables- pueden precipitar de nuevo la caída del dólar que perdería lo recuperado la pasada semana. Lo ocurrido el viernes en Wall Street refleja la vulnerabilidad de los mercados que no se han asentado después de la práctica fusión nuclear del sistema ocurrida el 19 de octubre.
El aviso del pasado viernes coincidió con la publicación del informe encargado por el presidente Ronald Reagan tras el desplome del "lunes negro". Precisamente las mismas causas que lo provocaron, sobre todo la actuación de unos pocos inversores institucionales utilizando los programas de contratación automáticos por ordenador, que juegan con las diferencias entre el mercado de futuros y la cotización actual de los valores, originaron la pérdidad de 140 puntos en el índice del viernes.
A pesar de esto, las recomendaciones del informe Brady: poner límites a las fluctuaciones de las cotizaciones y aumentar la regulación gubernamental de los mercados a través de la Reserva Federal, no han sido recibidas con entusiasmo ni por la Casa Blanca, ni por el Congreso, ni por el mundo financiero. En un año electoral y con un presidente que defiende una mínima intervención de las autoridades federales, parece muy dificil que las sugerencias del informe sean aplicadas.
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