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Procesados dos médicos por no ver la herida que causó la muerte de un preso en Madrid

JOSÉ YOLDI, Carlos Valle, titular del Juzgado de Instrucción número 14 de Madrid, ha decretado el procesamiento por presunta negligencia profesional de dos médicos del hospital madrileño Gregorio Marañón (anteriormente denominado Hospital Provincial) por no advertir la puñalada en la sien que causó la muerte al recluso Tomás Moya Reyes el 10 de marzo de 1986.

El juez ha procesado también por homicidio a los dos presos supuestos autores de la agresión mortal a Tomás Moya, ocurrida en el centro de detención de jóvenes de Madrid, el 8 de marzo de 1986.

El magistrado Carlos Valle ha decretado la prisión incondicional para José Luís Baeza Córdoba y Antonio López Romero, autores de la puñalada, y ha dejado en libertad provisional a los doctores Antonio Zafra Campo y María Balbina Ferreras Ferreras.

Sin embargo, ha fijado una fianza de cinco millones y medio de pesetas para los dos facultativos para hacer frente a las responsabilidades pecuniarias que pudieran declararse.Según el auto de procesamiento, el 8 de marzo de 1986 se originó una discusión entre Tomás Moya Reyes y José Luis Baeza Córdoba por un mechero en la primera galería del centro de detención de jóvenes de Madrid.

Una cuchara afilada

Baeza, ayudado por Antonio López Romero, utilizó una cuchara con el mango afilado para atacar a Moya, que recibió diversas heridas, una de ellas en la zona frontal izquierda, que tenía aspecto superficial, pero que luego causó la muerte del joven.

Funcionarios de prisiones trasladaron a Tomás Moya al hospital Penitenciario, y el médico de guardia, Elías Fernández, hizo una cura de urgencia, pero al observar que el preso tenía alterada la conciencia dispuso su traslado al hospital Gregorio Marañón.

El médico de guardia y cirujano de este centro hospitalario curaron las heridas sin valorar que la producida en la sien izquierda era profunda y originaba una grave lesión encefálica. No obstante, el enfermo fue derivado al servicio especializado, donde fue asistido por la doctora María Balbina Ferreras.

El doctor Antonio Zafra también auxilió al herido, pero no advirtieron que la trayectoria de la herida provocaba lesiones que derivaron en una hemorragia cerebral traumática, que fue lo que causó la muerte de Moya.

El informe del doctor Zafra precisa que las heridas punzantes parecían de poca intensidad, por lo que se buscó la causa del mal en un proceso séptico (infeccioso) o en una intoxicación, sin que se interviniera la herida que luego sería la causa del fallecimiento.

Marcos García Montes, abogado de la familia del recluso fallecido, ha presentado recurso contra el auto de procesamiento dictado por el magistrado Carlos Valle por entender que no se ha incluido la responsabilidad civil del Estado ya que la muerte de Tomás Moya fue ocasionada en un centro penitenciario, y de la Comunidad Autónoma de Madrid, puesto que la supuesta negligencia tuvo lugar en el Hospital Gregorio Marañón, que depende de la citada administración autonómica.

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