Diablos bromistas
La adaptación fílmica de cuentos de hadas es un género, si así puede llamársele, que ha merecido una atención constante y regular en la cinematograrla checoslovaca. Aún se recuerda en este país el éxito de La princesa orgullosa, que Borivoj Zeman realizó en 1952, aunque en ninguna temporada, durante varias décadas, han dejado de saltar a la pantalla algunos de estos viejos relatos fabulosos para niños. Los cuentos de hadas, en versiones clásicas, actualizadas o como pretextos para narrar una histo ria real en clave de cuento, han sido un elemento permanente en todos los planes de producción de los estudios cinematográficos checoslovacos (el de Barrandovpresenta el largometraje de hoy). Como ha ocurrido también, en constancia y regularidad, con la producción de dibujos animados, una tradición que inició en Praga, en 1942, un grupo de artistas plásticos y autores jóvenes, y que nunca ha dejado de dar pruebas de la calidad de sus trabajos, cumplidamente reconocida, por otro lado, en los festivales y mercados internacionales del cine y la televisión. En realidad, es esta No son buenos los diablos para bromas, dirigida al público infantil -a la que algunos de los estudios, como el eslovaco de Koliba, se han llegado a dedicar en exclusividad-, la que Checoslovaquia ha venido exportando con mayor éxito.En esta película, los diablos, como en otros cuentos las brujas, despiertan más sonrisas que miedo. Los enviados de Lucifer para ayudar al joven molinero Petr ffladimir Dlonhy), ultrajado por su madrastra hasta límites inconcebibles, son torpes y enmarañadores y, desde luego, no aterrorizan a nadie. Por lo demás, el cuento tiene todos los ingredientes previsibles, incluida la princesa, aunque en esta adaptación de Hynek Bocan, excepcionalmente, no es ella la que triunfa en el corazón del joven Petr, que prefiere a una pobre pero honesta trabajadora.No son buenos los diablos para bromas se emite hoy, a las 16.00, por TVE-1.
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