Carmen Gómez de Enterría
Una gallega, responsable de nueve lenguas en Europa
Un millar de funcionarios dependen de Carmen Gómez de Enterría, una orensana de 47 años que ha estrenado una dirección general en el Parlamento Europeo. Es, junto a la holandesa René van Hoff, la mujer con más rango dentro del organigrama de Estrasburgo. Desde su Dirección General de Traducción y Servicios Generales debe armonizar personalidades dispares de nueve lenguas oficiales diferentes.
Es militante del PSOE y uno de los técnicos que participaron en la redacción del Acta de Adhesión de España a la CE. Nació en Viana do Bolo, donde su pa dre era secretario judicial, y su infancia transcurrió en Galicia. Parte del bachillerato y la carrera de Derecho la hizo en Valladolid. "Era una facultad en la que, de 136 estudiantes, sólo tres éramos mujeres", recuerda Gómez de Enterría. Al acabar la carrera marchó a Madrid, pero a la directora general se le quedaba pequeño el país y cogió la maleta para ir a Francia a especializarse en Derecho Constitucional. Quería estudiar en Estrasburgo, Burdeos o París, pero tuvo que conformarse con Toulouse, en donde conocería a su marido, Denis, un pintor uru guayo que le abrió el mundo de las tertulias intelectuales en las vísperas de Mayo del 68. En 1971 se incorporó al de partamento de Derecho de la facultad de Económicas de la universidad Autónoma de Barcelona. "La tesis que había hecho en Francia no me fue convalidada y tuve que hacer una nueva sobre Derecho Europeo", explica Gómez de Enterría. Fue una tesis sobre los acuerdos entre la CE y otras organizaciones internacionales, que le permitió una estancia de tres meses en Varsovia."Después de mi estancia en Polonia, marché a Madrid a trabajar en el servicio jurídico del Ministerio de Relaciones con las Instituciones Europeas", comenta. Su relación con la Administración desde entonces fue continuada. El hoy comisario Manuel Marín la puso al frente de este servicio al poco de la victoria socialista. Allí se ocupó de la traducción especial del Derecho Comunitario en lengua castellana.
"En marzo de 1983 entré en el PSOE, donde siempre he sido militante de base", indica la directora general del Parlamento Europeo. "Antes fui compañera de viaje del PSUC, donde en un par de ocasiones me propusieron entrar". Su amistad con hombres del PAD de Francisco Fernández Ordáñez la llevó a figurar en alguna lista de relleno, pero fue Enrique Linde quien la empujó a coger un carné.
Vive entre Luxemburgo, donde tiene su residencia, y Estrasburgo, donde tiene despacho. De ella dependen la traducción, impresión y difusión de documentos del Parlamento Europeo, que realiza un ejército de 1.000 personas. Habla correctamente francés y gallego y se de fiende en inglés e italiano. Disfruta caminando y asegura que la lluvia la relaja. Quizá por eso en el corazón de Europa se encuentra como en su propia casa.
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