El lugar de Buda
Nadie con un mínimo de conocimientos históricos puede negar la importancia de Sidharta Gautama, Buda, su sabiduría y sus bondades. En ese sentido estamos plenamente de acuerdo con la señorita Belén Cofiño y las otras cinco personas firmantes de la carta publicada en EL PAÍS el 17 de diciembre actual.No así en la interpretación y consiguientes acusaciones de falta de respeto que hacen sobre la ubicación de la figura de Buda en el Museo de Cera de Madrid. En todas las artes, desde las literarias hasta las cinematográficas, hay innumerables manifestaciones de la exaltación del bien en contraposición con el mal. La proximidad volitiva entre uno y otro -circunstancia, por otra parte, inseparable de su propia existencia- no significa intención de trocar o despreciar los valores morales, sino de definirlos, esclarecerlos, por simple comparación. La figura de Buda en la sala oriental de este Museo de Cera, en cuyas esquinas, y como enclaustradas en unas hornacinas, se encuentran las de los monstruos de ficción Drácula, Frankenstein, el doctor Jekill y Mr. Hyde y el hombre lobo, obecede precisamente a ese propósito, nunca al de ofender o menospreciar.-
Director de promoción del Museo de Cera de Madrid.
