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El parricidio de Ondara

Hoy se juzga a la mujer que mató a su marido de 11 puñaladas

El fiscal y el defensor consideran que María Ascensión Martínez cometió un parricidio en Ondara (Alicante) en la madrugada del, 27 de octubre de 1986. La Audiencia de Alicante decidirá, tras el juicio que se celebra hoy, si esta mujer debe ser condenada a ocho años de prisión por este delito, tal como pide el fiscal, o debe ser absuelta porque actuó en defensa propia, como estima el defensor. La procesada apuñaló a su marido, Alejandro Herrero, porque éste la amenazó y maltrató durante años.

María Ascensión, de 37 años, confía plenamente en la Justicia, aunque, por si acaso, está "mentalizada para unas vacaciones forzozas". Tiene "poco preparadas" las Navidades, pero afirma que "otros años han sido mucho peores".Mary, como la conocen en Ondara, un pueblo de 4.600 habitantes, quiere que todo pase cuanto antes y asegura que no le dan miedo los jueces. "Sois los periodistas quienes me asustáis. Si tuviera que contárselo a un juez sola en una habitación estaría más tranquila", dijo ayer a este periódico.

María Ascensión contaría entonces al juez cómo aquella madrugada su marido, Alejandro Herrero, de 38 años, llegó borracho a casa y le pegó, como tantas veces. "Cinco campanadas han de sonar y cinco puñaladas te daré", la volvió a amenazar. Pero fue ella quien le clavó el cuchillo 11 veces. Su hijo Alejandro, que tenía 18 años, contempló la escena. Los otros cuatro hijos, de 16, 14, 13 y cinco años, oyeron el drama. "La amenaza iba en serio", dice Ascención, y enseña una cicatriz en su brazo izquierdo producida hace años por la navaja de su esposo.

Mary se entregó a la Guardia Civil y el juez decretó su prisión incondicional y la de su hijo Alejandro, a quien creyó coautor al principio. Una campaña de solidaridad con los detenidos se desató entre los vecinos. "Entonces se supo que el fallecido había creado problemas", dijo ayer el alcalde de Ondara, Antonio Ramis.

Proxeneta

Otros, como Luisa Soler, propietaria de un estanco, sabían desde mucho antes que esos problemas, tenían relación directa con el mundo de la prostitución. La víctima era un proxeneta que había estado varias veces en prisión. "Me dijo que él estaba bien y que si intentaba divorciarme me mataría.

Todos calificaron a Herrero como pendenciero, alcohólico y mujeriego. Un macarra menos llegó a titular su reportaje sobre estos hechos una revista de la extrema izquierda. Por el contrario, María Ascensión se convirtió en una heroína. "Hay una gran simpatía del pueblo hacia esta chica", señaló Ramis. Sólo los padres de la víctima salieron en su defensa. "Se están diciendo muchas mentiras y ya no podemos por más tiempo estar callados. Queremos que se persiga a los criminales", dijeron.

Mary salió en libertad provisional el pasado mes de abril. La estanquera pagó la fianza de 500.000 pesetas impuesta por el juez al conocer un informe psicológico, según el cual "en los hechos existe tal grado de estrechamiento de la conciencia que anula su responsabilidad".

Los padres de la procesada no irán al juicio. "Mi marido sí quería ir", señaló ayer la madre. "Lo han puesto el día de la lotería, pero a mí si me tocan 30 millones no los cojo, lo que quiero es que me den a mi hija", explicó.

"No soy la primera que mata al marido"

"No entiendo por qué se le ha dado tanta publicidad a lo mío. No soy la primera mujer que mata a su marido. En Onil el otro día y en Valencia no hace mucho. También en Denia un hombre ha matado a su mujer por una tontería", recuerda María Ascensión Martínez. Sin embargo, en pocas ocasiones Cáritas ha promovido dos manifestaciones para pedir la libertad de una mujer acusada de parricidio, un delito para el que el Código Penal español prevé una pena de entre 20 años y un día y 30 años.El fiscal ha reducido a ocho años su petición de condena al estimar que existió una atenuante muy cualificada de obcecación. El defensor, Juan Carlos Pérez, cree que su patrocinada actuó en defensa propia, con miedo insuperable y en una situación de transtorno mental transitorio.

La primera manifestación promovida por Cáritas, la Junta Local de Amas de Casa y el Club de Jubilados se celebró en Ondara al día siguiente de los hechos y acudieron unas 2.000 personas. Alrededor de 500 vecinos de esa localidad se desplazaron a Denia dos días después para solidarizarse con María Ascensión. Todos recuerdan las penurias de la familia, mientras que el fallecido derrochaba el dinero obtenido en clubes de alterne. "Llegó a quemar billetes para demostrar que le sobraban", manifestó Luisa Soler, propietaria de un estanco.

Cinco testigos de la defensa narrarán la vida ejemplar de la procesada. El fiscal ha citado como testigo de cargo al hijo mayor de Ascención, Alejandro. Para el juicio de hoy estaba previsto en principio que varios autobuses transportaran a centenares de vecinos a la Sección Segunda Audiencia Provincial de Alicante. Finalmente, se ha descartado por temor a que los magistrados "se sintieran presionados", según Luisa Soler, "ya que confiamos mucho en la Justicia".

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