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CAMPEONATO MUNDIAL DE AJEDREZ

Karpov forzó las tablas en la vigésima partida con una defensa precisa

Leontxo García

Los ajedrecistas soviéticos Gari Kasparov, con las piezas blancas, y Anatoli Karpov hicieron tablas en la vigésima partida de su encuentro de Sevilla por el título mundial, que ostenta el primero. La igualada se produjo tras 37 movimientos y cinco horas de juego combativo por parte de ambos. La iniciativa le correspondió a Kasparov, pero la defensa de Karpov fue muy precisa. El marcador registra empate a 10 puntos a falta de cuatro partidas.

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Ambos jugadores tenían motivos para actuar ayer con prudencia. Karpov jugaba con las piezas negras y a Kasparov le interesaba mantener el empate en el marcador. Sin embargo, los dos plantearon la lucha agresivamente desde el comienzo, intentando evitar tal vez que la igualdad se sostenga hasta la última partida, en un estado de nervios muy apto para visitar al cardiólogo.En la décima jugada, Kasparov puso en práctica una idea nueva, pero muy lógica, que le permitió constreñir la posición rival colocando un peón en la quinta fila. Después, aprovechó su ventaja de espacio conforme a los principios de la escuela clásica: centralizar las piezas y amagar el ataque en ambos flancos para que la posición adversaria tenga que debilitarse.

En ese momento, la opinión en la sala de Prensa era unánime: las blancas tenían clara ventaja. El único problema de Kasparov era, una vez más, la presión del reloj, aunque en esta ocasión tenía el consuelo de que Karpov también estaba apurado de tiempo. La lentitud con que se desarrollabá la partida sirvió para demostrar que los espectadores asiduos acuden ya vacunados contra la más mínimá posibilidad de aburrimiento. Pertrechados con tableros de bolsillo o de mesa, bocadillos, periódicos, tabaco, auriculares para las traducciones sim ultáneas o prismáticos, como el guitarrista Narciso Yepes, los aficionados se las arreglan para combinar, durante cinco horas, los análisis del juego o la participación en partidas simultáneas con otras actividades más relajantes. También se ofrecen variadas tentaciones al consumo, con puestos de libros, ordenadores, camisetas y otros recuerdos, además de un bar siempre repleto, una agencia de viajes y un banco.

'Camisa de fuerza'

Maniobrando hábilmente en el poco espacio que tenía, Karpov logró quitarse la camisa de fuerza y simplificar la posición para llegar a un final de dama y alfil de Kasparov contra dama y caballo, con seis peones por bando.Una distribución desigual de éstos en ambos flancos habría dado ventaja al alfil, pero no era ése el caso y los pronósticos tornaron hacia el empate. Quedaba pendiente la lucha contra el reloj, pero la presión ya no era tan agobiante. Sin embargo, Kasparov y Karpov siguieron luchando por cada centímetro del tablero.

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Sobre la firma

Leontxo García
Periodista especializado en ajedrez, en EL PAÍS desde 1985. Ha dado conferencias (y formado a más de 30.000 maestros en ajedrez educativo) en 30 países. Autor de 'Ajedrez y ciencia, pasiones mezcladas'. Consejero de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) para ajedrez educativo. Medalla al Mérito Deportivo del Gobierno de España (2011).

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