Los pactos entre guerristas y líderes regionales aseguran una amplia mayoría a Felipe González
La línea oficialista del PSOE ha conseguido más del 80% de los delegados electos para el 31º congreso federal, según los datos de los que se disponía anoche, tras los más de 50 congresos provinciales y comarcales celebrados este fin de semana. El pacto entre el guerrismo y los principales líderes regionales ha funcionado sin fisuras, mientras que Izquierda Socialista -la única corriente definida- no alcanza el 10% del total de delegados. A la vista de los resultados, el 31º congreso no planteará más problemas al secretario general del PSOE, Felipe González, que el precio político que haya de pagar por los apoyos obtenidos.
Otra cuestión son las batallas internas en cada federación, que tras los pactos realizados quedan pospuestas hasta los congresos regionales tras el federal. Ningún sindicalista significado figura en las delegaciones para el congreso, aunque en algunos casos se han admitido enmiendas relacionadas con peticiones de UGT.El líder vizcaíno Ricardo García Damborenea cuenta con una platafórma pequeña -sus 14 delegados suponen el 2% del congreso- para defender la posición del sindicato. El Partit Socialista de Catalunya ha asumido también algunas enmiendas ugetistas, entre ellas la que propone la participación de los sindicatos en los consejos de administración de las empresas y un acuerdo nacional para la cogestión.
En todo caso, los debates sobre el papel de UGT se harán en presencia de muy pocos ugetistas. La mayoría del sindicato ha seguido la postura de su secretario general, Nicolás Redondo, en el sentido de no tomar parte en el congreso del partido.
Sindicalistas críticos con la lírica de Redondo han hecho tímidos intentos de llegar al congreso, pero no lo han conseguido: ni siquiera Antonio Puerta, secretario general de UGT-Metal, ha logrado plaza de delegado, pese a que participó en el congreso de Madrid. Un ugetista, Andrés Díez, encabeza la lista de Valladolid, y algunos otros se han integrado aisladamente en diversas delegaciones.
El 31º congreso se configura como un juego de compromisos entre el aparato federal del partido -muy identificado con el guerrismo- y los dirigentes regionales. Las posibilidades de operaciones conjuntas entre estos últimos (Joaquín Leguina, José Rodríguez de la Borbolla, Joan Lerma, Raimon Obiols) han quedado aplazadas. Y mientras Alfonso Guerra viaja por Centroamérica, sus hombres de confianza han trenzado una compleja red de pactos.
Izquierda Socialista
El guerrismo acrecienta su influencia en Andalucía, donde ha llegado a acuerdos con Rodríguez de la Borbolla, quien está actualmente en minoría. La corriente oficial predomina asimismo en Castilla-La Mancha, varias provincias de Castilla y León, Extremadura, Murcia, Galicia, Asturias y Cantabria. Este conjunto de federaciones reúne más de 450 delegados, lo cual asegura el control directo de la mayoría absoluta del congreso.
Los guerristas son minoritarios en Madrid y la Comunidad Valenciana. Pero los líderes respectivos de ambas, Joaquín Leguina y Joan Lerma, han aceptado con matices un mismo proyecto político y han pactado las listas de delegados con los hombres del aparato federal. En lo que al 31º congreso se refiere, ello puede suponer otros 180 delegados en línea con el oficialismo, al menos en lo que se refiere al voto a la nueva dirección.
En lo que respecta a Izquierda Socialista, esta corriente crítica ha obtenido menos del 10% de los delegados. Su representación basta para estar presente en el 31º congreso e incluso para defender enmiendas propias al programa oficial, pero se encuentra en minoría en las pocas federaciones en que ha logrado representación -salvo en Cáceres-, por lo que sólo puede aspirar a un papel testimonial. No obstante, la corriente ha logrado evitar su desaparición.
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